lunes, 19 de marzo de 2012

ÓPERA EN EL TEATRO LA MAESTRANZA DE SEVILLA Lucia di Lammermoor Gaetano Donizetti (1797-1848)


          Con la asistencia el próximo día 27 de Marzo de la Asociación Amigos de la O.C.G. en el Teatro de la Maestranza de Sevilla, disfrutaremos de la representación de ésta magnífica Ópera con nuestra soprano Mariola Cantarero en el papel de Lucia.  
       
Gaetano Donizetti compositor italiano (1797-1848), vivió en un periodo especialmente fértil de la historia de la ópera italiana.

Estrenó sus primeras operas cuando Gioacchino  Rosini todavía estaba en activo y sus últimas producciones coinciden con las primeras de Giusepppe Verdi fue contemporáneo y rival de  Bellini hasta que la prematura muerte de éste le dejó solo en el trono de la ópera italiana.

Donizetti fue un hombre humilde, poco preocupado por desbancar a nadie y, sobre todo, un trabajador incansable como testimonia su amplia producción operística. Vivió siempre acuciado por las prisas de los empresarios teatrales y algunas de sus operas reflejan la fatiga y la velocidad a la que tenía que escribir. A pesar de todo, el mayoría de sus títulos plasmó su sello personal e inconfundible; una sensibilidad reveladora para descubrir la psicología de los personajes unida a un carácter genuinamente teatral, igualmente brillante en la ópera buffa y en el melodrama.
SINOPSIS DE LA OBRA.
Lucia di Lammermoor, es probablemente la obra maestra de la producción donizettiana. Su argumento proviene de una novela de Walter Scott inspirada a su vez lejanamente, en hechos reales. Lucia está enamorada de sir Edgardo, enemigo de su familia, y especialmente de su hermano Enrico. Éste está furioso porque Lucia no obedece sus indicaciones de que se case con el prometido que a él le conviene. Al principio de la ópera, Enrico y sus hombres realizan una batida porque les consta que un desconocido, posiblemente sir  Edgardo, ronda el castillo y se ve con Lucia. Ésta aguarda nerviosa, la habitual entrevista con Edgardo acompañada de su confidente Alisa. Éste llega al fin, y explica a Lucia que la situación política lo obliga a abandonar Escocia, aunque antes de partir le arranca un juramento de fidelidad y le entrega un anillo  advirtiéndole que ante Dios, este acto equivale ya a un matrimonio. Sin embargo, la ausencia de Edgardo se prolonga y las artimañas de Enrico, con una carta falsa, acaban por convencer a Lucia de la infidelidad de su amado; como sacerdote de la familia, Raimondo, de buena fe, confirma que debe obedecer a su hermano, Lucia consiente en casarse con la persona que éste le ha destinado, un noble rico llamado  lord Arturo Bucklaw. Sin embargo, justo cuando Lucia acaba de formalizar su matrimonio, irrumpe en escena  Edgardo, que la acusa de haber incumplido el juramento. Los asistentes a la boda quieren atacar a Edgardo. Pero Raimondo impone paz con su autoridad. Enrico irá a desafiar Edgardo a su morada.
Entre tanto Lucia desesperada, enloquece durante la noche de bodas y mata a su marido. Luego aparece ente los invitados con el puñal en la mano y la ropa ensangrentada, y se desvanece. Edgardo humillado ha decidido dejarse matar por Enrico en el duelo. Cuando conoce la noticia de la muerte de Lucia, a la que él creía culpable de sus desgracias, se suicida mientras Raimondo le exhorta a pensar en el cielo.
Lucia es una mujer que enloquece porque se le niega el amor y muere, como ocurre con Romeo y Julieta. Lucia y Edgardo son víctimas de una amarga enemistad entre sus familias. Lucia pierde la razón, en la escena de la locura más famosa de la ópera.





                                Enrico Asthon / Baritono JUAN JESÚS RODRÍGUEZ
Lucía Asthon / Soprano MARIOLA CANTAREO
Edgardo / Tenor STEPHEN COSTELLO
Arturo de Bucklaw / Tenor VICENC ESTEVE
Raimondo Bibedent / Bajo SIMÓN ORFILA
Normanno / Tenor MANUEL DE DIEGO

Dirección musical WILL HUMBURG
Dirección de escena GIULIO CIABATTI
Director del Coro IÑIGO SAMPIL
Escenografía PIER PAOLO BISLERI
Vestuario GUISPPE PALELLA
Iluminación JUAN MANUEL GUERRA

Real Orquesta de Sevilla
Coro de la A.A. del Teatro de la Maestranza
Produción Teatroi Lírico de Giuseppe Verdi de Triestre


La mejor versión es la que inserto de la gran soprano rusa ANNA NETREBKO en Lucía, producida por The Metropolitan Öpera, dirigida pr MARCO ARMILLIATO en el año 2009, pero no está subtitulada en español, yo si la tengo en DVD.




  HASTA PRONTO espero que los aficionados la disfruten.-

viernes, 9 de marzo de 2012

CONCIERTO SINFÓNICO 10 (9 Marzo 2012) O.C.G.


El próximo día 9 de Marzo en el Auditorio Manuel de Falla nuevo concierto Sinfónico 10 de la Orquesta Ciudad de Granada. Programa de obras:
viernes 9 marzo 2012
Auditorio Manuel de Falla, 20.30 h

CONCIERTO SINFÓNICO 10

Tomás Luis de VICTORIA
Ave Maria gratia plena, antífona a 8

Heinrich SCHÜTZ
Selig sind die Toten (Benditos los muertos), motete a 6 y bajo continuo, SWV 391

Johann Sebastian BACH / Giovanni Baptista PERGOLESI
Tilge, Höchster, meine Sünden (Borra, Altísimo, mis pecados) salmo 51, BWV 1083/1
(adaptación del Stabat Mater de Pergolesi)

Johann Sebastian BACH
Ich bin vergnügt mit meinem Glücke (Me siento contento con mi suerte), cantata de septuagésima, BWV 84

Georg Friedrich HÄNDEL
Dixit Dominus, salmo 109, HWV 232

Ulrike Haller soprano
José Antonio Masmano oboe
Peter Biely violín
Coro de la OCG
Conjunto Barroco de la OCG (con instrumentos de época)
DANIEL MESTRE director



Tomás Luis de Victoria es una generación posterior a Palestrina y Lasso,Victoria se adentra ya en el siglo XVII y manifiesta algunas de las contradicciones y cambios que se produjeron con el nuevo siglo. Nacido en Ávila hacia el 1548, se formó en la catedral de la ciudad y en 1567 viajó a Roma para completar sus estudios eclesiásticos. Entró en el Colegio Germánico (jesuita) y actuó como organista y cantor de la iglesia romana de Santa María de Montserrat. Su producción es pequeña y todos sus cantos son religiosos y en latín: motetes, misas,Hinnos, magníficats y salmos. Sus dos colecciones más importantes son el Officium Hebdomadae Sanctae (1585), el más completo ciclo de música polifónica para la semana santa escrito por un autor español; y el Officium Defunctorum (1605) compiesto para las exequias de la emperatriz María (muerta en 1603), tal vez la obra más expresiva y contenida.
Victoria, por época, por condición personal y, posiblemente, por convicción, recogió las directrices y el espíritu de la contrarreforma católica, utilizando una polifonía silábica y homofónica, poco imitativa. Pero sus recursos anuncian ya la irrupción del barroco.


Dios te salve María,llena eres de gracia.




Heinrich Schutz , compositor germano, de gran talento musical, es conocido porque su vida representa uno de los mayores y más encomiables ejercicios de humildad artística  que conocemos. A él debemos un personal e inspirado modo de entender el "stile concertato", fruto de una modernísima mentalidad ecuménica, que le dio una amplitud de miras muy poco habitual en su tiempo. El hecho de que Schutz educado en el calvinismo y convertido después al credo protestante, demostrase a lo largo de toda su vida una gran tolerancia religiosa, ofrece, en un momento en que Europa era diezmada violentamente por las guerras de religión, toda una lección  de madurez y entereza al servicio de un oficio, la música, que no entiende de ideologías.


Benditos los muertos, que en el Señor mueren.



Uno de los aspectos más sorprendentes de la obra de Johann Sebastian Bach, es su personalísima de la idea de la teatralidad musical, aspecto especialmente llamativo en un hombre que no cultivó nunca el género operístico. Bach hizo gala en sus obras religiosas de esa tridimensionalidad escénica y sonora que desde los tiempos de Monteverdi  había caracterizado la concepción del binomio música/palabra, pórtico inaugural del estilo barroco. Nos han llegado algo más de 200 cantatas de los casi tres centenares que debió componer. Entre todas destacan por su originalidad las cantatas corales, en las que la estructura y las formas están gobernadas por esa melodía perteneciente a la tradición litúrgica luterana.
La cantata nació como alternativa vocal a la sonata y gozó de gran aceptación entre las iglesias reformadas del norte de Europa.



Borra Altísimo, mis pecados,  cantata




Me siento contento con mi suerte, cantata



Como con alegría mi escaso pan y concedo de corazón el suyo al prójimo.





Hablar de George Frideric Handel (1685-1759), es hacerlo de uno de los personajes más innovadores y fascinantes de la era barroca. Si en Bach se fundían los mejores elementos de los principales estilos nacionales europeos, como eran el italiano y el francés, con la herencia alemana del pensamiento de los maestros germanos, en Handel a esta misma superposición se le sumará a  la nada  despreciable legado inglés, ordenado y culminado años antes en la figura de Purcell.  Handel, alemán de nacimiento y nacionalizado británico más adelante, conoció en su juventud y “desde dentro” las ventajas y limitaciones de la escuela italiana, al tiempo que su raíz alemana continuaba viva. Sin embargo, alcanzó su madurez en el país que finalmente lo acogería como su hijo predilecto: Gran Bretaña. Allí Handel se convirtió en el más grande compositor de oratorios, en su sentido más puro, que ha dado la historia de la música; y lo hizo precisamente por razones empresariales, obligado a la reacción del público contra el italianismo  virtuosístico  y “superficial” en que había derivado la ópera  del tardobarroco. Podemos, por tanto, considerar a Handel el primer compositor moderno de la historia, en tanto que el destinatario de su arte, al margen de eventuales mecenas.
  



 

Hasta pronto