sábado, 4 de agosto de 2012

Siguiendo actuaciones de grandes directores de Orquesta mundiales CHRISTOPH ESCHENBACH nuevamente dirige MAHLER



¿Qué opinión se puede hacer de éste magnífico director CHRISTOPH  ESCHENBACH después de ver y escuchar éste video de la primera Sinfonía  de Gustav Mahler?

Una realización de imágenes de primeros planos extraordinarias, con un audio perfecto disfrute total. Recomiendo paralizar con el stop para observar los detalles.-
Referente al maestro Eschenbach  su físico corporal clásico acompaña, su gesticulación facial impresiona, su brazo derecho marca  rayando en la perfección, con la mano y dedos  izquierdos todos los matices expresivos impresionante genialidad.
Como malheriano  que soy, disfruto de la música genial de éste gran  compositor que nos ha dado la Humanidad.
Propongo otro video de la Orquesta de Paris, interpretando La Sinfonía nº 9 de Gustav Mahler  como titular que fue durante diez años éste gran director.
La Sinfonía n.º 9 es la última que Mahler completó antes de su muerte, siendo estrenada en forma póstuma en junio de 1912  por la Orquesta Filarmónica de Viena dirigida por Bruno Walter. Es una obra de una notable fuerza y sobrecogimiento, y es considerada por muchos como la mejor composición mahleriana. Es la muestra más elocuente - junto a la La canción de la Tierra y la incompleta décima sinfonía - de la maestría que el compositor alcanzó al final de su vida.
Estructura
La obra consta de cuatro movimientos:
1.     I. Andante comodo.
2.     II. Im tempo eines gemächlichen Ländlers. Etwas täppisch und sehr derb.
6.     III. Rondo-Burleske: Allegro assai. Sehr trotzig.
7.     IV. Adagio: Sehr langsam und noch zurückhaltend.

El primer movimiento comienza de forma arrítmica e irregular, muy suavemente (probablemente una alusión a la condición cardíaca del compositor). El movimiento continúa desarrollándose con un halo de desesperanza, la cual se manifiesta en los dos primeros clímax del movimiento, siendo el tercero, sin dudas, una referencia a la muerte.
Los dos movimientos siguientes se caracterizan por tener un carácter lúdico. El segundo emula una danza y el tercero una marcha militar.
El cuarto movimiento parece traer la redención al alma agonizante del compositor. Reposado y plagado de referencias al descanso y la vida eterna, se dice que es una muestra del dolor de Mahler por la muerte de su hija. De hecho, casi al final del movimiento incluyó una parte del Lied Oft denk' ich, sie sind nur ausgegangen, de sus Kindertotenlieder. En la partitura, Mahler escribió la siguiente estrofa de esa canción: En las cumbres el día es hermoso, en una clara alusión a su tragedia personal.



viernes, 3 de agosto de 2012

Siguiendo actuaciones de grandes directores de Orquesta mundiales CHRISTOPH ESCHENBACH dirige a MAHLER


BIOGRAFIA
Si ya resulta del todo complicado destacar como figura de la interpretación musical debido a los enormes sacrificios personales que implica una carrera como solista o director de orquesta, aún resulta mucho más difícil si las circunstancias personales resultan del todo dramáticas. Una buena parte de los músicos centroeuropeos nacidos en los años inmediatamente anteriores al estallido de la Segunda Guerra Mundial vieron truncadas sus carreras por dicho conflicto bélico, llegando algunos incluso a perder la vida en el frente. Christoph Eschenbach no sólo tuvo la desgracia de perder a su madre en el momento de dar a luz. A los tres años, su padre fue detenido por los nazis y enviado al terrible Frente Ruso para poco después ser ejecutado. El niño Eschenbach fue acogido por su abuela en Silesia hasta que ésta falleció cuando el chico apenas tenía cinco años. Con esta tierna edad, Eschenbach fue internado en el campo de refugiados de Maklinburg donde estuvo a un paso de fallecer. Localizado in extremis por su madrina, una prima de su madre, el niño perdió temporalmente la capacidad del habla debido a los traumas vividos en el campo de refugiados y sólo mostraba interés por la música ejecutada al piano por su madrina. De esta manera, la música se convirtió en el modo de expresión natural de Eschenbach y poco a poco fue recuperando la capacidad del lenguaje. Gracias a la música, Eschenbach comenzó una nueva y feliz infancia tras los horrores padecidos en sus cinco primeros años de existencia. Sólo veinte años después, Eschenbach llegó a ser uno de los más afamados pianistas del mundo.

Christoph Ringmann nació el 20 de febrero de 1940 en Breslau, territorio antaño alemán y hoy bajo administración polaca con el nombre de Wroclaw, en el seno de una familia en donde el padre ejercía como profesor de musicología en la Universidad de Breslau. Huérfano de madre nada más nacer — falleció durante el parto — y también del padre, enviado al Frente Oriental como represalia por sus ideas anti-nazis, el pequeño Christoph fue acogido por su madrina y tomó el apellido de esta familia para siempre. En este nuevo hogar, la madrina daba clases de música mientras que su marido era un violinista aficionado, con lo que el joven Eschenbach se acostumbró a escuchar música, recibiendo sus primeras lecciones de parte de su madrina a los seis años. A los once años, Eschenbach ganó el primer premio en la Competición Steinway de Hamburgo y, seis años más tarde, consiguió también el premio especial en la Competición Internacional de Música de Munich. De esta forma, fue admitido en la Kölner Musikhochschule para estudiar bajo la tutela de Schmidt-Neuhaus y posteriormente en Hamburgo con Eliza Hansen, recibiendo allí también lecciones de dirección orquestal a cargo de Wilhelm Brückner-Rüggeberg. En 1965, Eschenbach dio el impulso necesario en su carrera como pianista al conquistar la Competición Clara Haskil en Lucerna. Esto le abrió las puertas de las principales salas de conciertos del mundo, llegando a ser acompañado de batutas del prestigio de George Szell y Karajan. En 1966, y luego de haber ofrecido unos memorables conciertos en Londres, la crítica británica declaró que Eschenbach, a sus 26 años de edad, era el mejor pianista de su generación. Durante el resto de la década de los años sesenta, Eschenbach se destacó como un pianista que alternaba el repertorio clásico con el contemporáneo (Werner Henze le dedicó su Concierto nº2 para piano), aparte de revelarse como un gran acompañante en el género del lied. En 1972, Eschenbach realizó su debut como director de orquesta y cinco años más tarde como director operístico. Desde ese momento, Eschenbach comienza a alternar su carrera de pianista con la de director aunque poco a poco se va centrando casi de manera exclusiva en la batuta. Su primer cargo como director fue la dirección de la Orquesta del Estado del Palatinado en Ludwigshafen en 1978.

En 1982, Eschenbach fue nombrado director titular de la Orquesta Tonhalle de Zurich tras haberla dirigido en calidad de invitado el año anterior. Allí se mantuvo hasta 1986 curtiéndose como director hasta que dos años después asumió la dirección musical de la Orquesta Sinfónica de Houston por un período de once años. Bajo su mandato, la formación norteamericana adquirió elevadas cotas artísticas y realizó numerosas giras por Europa y Japón. Eschenbach se ganó el cariño de los profesores de la orquesta por su sensibilidad musical y su humanidad hasta el punto se ser nombrado director laureado al término de su contrato en 1999. Un año después, Eschenbach asumió la dirección musical de la Orquesta de París sucediendo a Christoph con Dohnányi y permaneciendo una década al frente de la misma. Su gran labor en París fue recompensada con el título de Caballero de la Orden Francesa de las Artes y las Letras y por la Legión de Honor concedida por el entonces presidente Jacques Chirac. De forma paralela, entre 1998 y 2004 Eschenbach también estuvo al frente de la Orquesta Sinfónica de la NDR de Hamburgo, formación que bajo su mandato se convirtió en una de las mejores orquestas de Alemania, lo que equivale a decir que de Europa. También desde 2003, Eschenbach asumió la titularidad de la Orquesta de Filadelfia en sustitución de Wolfgang Sawallisch y permaneciendo en el cargo hasta 2008. Pese a que su relación con el colectivo orquestal no fue en absoluto amistosa en un principio, Eschenbach supo finalmente ganarse la confianza de público y crítica merced a su disciplinado trabajo en Filadelfia. Con todo, su labor allí siempre fue objeto de críticas por parte de algún sector disidente de la orquesta. Desde 2010, Eschenbach está al frente de la Orquesta Sinfónica Nacional de Washington con un contrato inicial de cuatro años.

Christoph Eschenbach, en su faceta como director, revela ciertas concomitancias con su brillante estilo de excelente pianista. Perfeccionista hasta la obsesión, sus versiones destacan por su refinamiento, por la pureza interpretativa y por un elegante estilo que podríamos definir como aristocrático. Su técnica de dirección se asienta básicamente sobre la mano derecha, dejando la otra mano desocupada o para marcar matices del todo puntuales. Su gesticulación facial es del todo cerrada en boca aunque adornada con un temperamento muy reconcentrado en su expresión. Dominador de un vasto repertorio que otorga un valor preferente a los períodos clásico y romántico, Eschenbach es un director muy comprometido con la música de su tiempo y ha sido el encargado de estrenar obras de Berio, Kancheli, Glass y Rihm. A pesar de que la música sinfónica es prioritaria para Eschenbach, no ha dejado de lado el mundo operístico y, de esta forma, dirigió el ciclo completo de El Anillo en 2006 al frente de la Orquesta de París en el Châtelet. De igual manera, la música de cámara ocupa un espacio importante dentro de su labor interpretativa y es habitual verle tocar el piano acompañado de miembros de las orquestas a las que dirige en ciclos de cámara. A día de hoy, Eschenbach está considerado como uno de los mayores intérpretes integrales del panorama musical internacional


La Sinfonía n.º 1 (Titán) en re mayor de Gustav Mahler fue compuesta en el año 1888




Estructura
La sinfonía consta de cuatro movimientos:
  • I. Langsam, schleppend
  • II.Scherzo: Kräftig bewegt,doch nicht zu schnell
  • III. Trauermarsch: Feierlich und gemessen, ohne zu schleppen
  • IV. Stürmisch bewegt
I. Langsam, schleppend (Como un ruido de la naturaleza).
Comienza con una introducción mágica y como de ensueño, tras la cual aparece un movimiento rápido dominado por un tema alegre en la cuerda, que luego pasa a toda la orquestaTras una repetición de la introducción, aparece un tema nuevo en las trompas, que conduce a un gigantesco clímax tras el que el movimiento concluye con una alegría desenfrenada.
II. Scherzo: Kräftig bewegt, doch nicht zu schnell (Scherzo: Poderosamente agitato, pero no demasiado rápido).
Scherzo basado en el Ländler, danza popular austriaca. La parte central, más tranquila, ofrece un momento de descanso poético, aunque también tiene carácter de danza clásica.
III. Trauermarsch: Feierlich und gemessen, ohne zu schleppen (Marcha fúnebre: solemne y mesurado, sin rezagarse).
Es una marcha fúnebre en re menor. Comienza con un solo de contrabajo que es una variación en modo menor del tema Frère Jacques (el popular "Campanero" o "Martinillo"). La tristeza de la marcha fúnebre contrasta con pasajes grotescos en los que parece sonar una música de banda popular y compases de danza.
IV. Stürmisch bewegt (Agitato).
El gran final de la obra simboliza el tránsito de las tinieblas a la luz. Tiene estructura de sonata y el comienzo es un tema tempestuoso y de gran longitud, al que le sigue un segundo tema lírico interpretado por las cuerdas. En el desarrollo aparece un nuevo tema triunfante en los instrumentos de metal, pero le hará falta luchar y ser derrotado tres veces antes de alcanzar el brillante re mayor final. Después de un último pasaje reflexivo, se encuentra el triunfo definitivo del optimismo.