miércoles, 10 de mayo de 2017

FINAL DE TEMPORADA 2016-17 CONCIERTO SINFÓNICO DE ABONO A12 ORQUESTA CIUDAD DE GRANADA VIERNES 19, SÁBADO 20 MAYO 2017



sábado 20 mayo, 20:30 h
AUDITORIO MANUEL DE FALLA

La mayor obra de arte musical de todos los tiempos y naciones

Johann Sebastian BACH
Misa en Si menor, BWV 232
Bryony Dwyer soprano I
Isabel Monar soprano II
Carlos Mena contratenor
Juan Antonio Sanabria tenor
José Antonio López barítono
Coro de la Orquesta Ciudad de Granada (Héctor E. Márquez, dtor.)
ANDREA MARCON director
Gran misa en Si menor BWV 232.-

Aunque el género autobiográfico es ante todo una creación literaria de nuestro tiempo, se puede afirmar que las mejores memorias jamás publicadas están contenidas en la Misa en Si menor (BWV 232). Obra compleja donde las haya, encierra en sus pentagramas no solo el saber de toda una vida dedicada a la música, sino también la cultura y la forma de pensar de una época que agonizaba rápidamente, Bach volcó en ella todos sus conocimientos y, con su infatigable vocación amanuense, fue copilando a lo largo de 25 años los mejores momentos de su carrera, para legarlos a la posteridad dentro de un envoltorio nuevo y definitivo. Integrando, además, en una sola partitura todas las corrientes compositivas históricamente disponibles, desde la más estricta polifonía renacentista hasta los más modernos estilos galantes. A pesar de su longitud y de la increíble variedad de fuentes y estilos que resume, la Misa en Si menor es un prodigio de unidad estructural y esconde la superficie de un trabajo ciclópeo de adaptación y recreación musicales.

A mitad de camino entre la fe católica y la luterana, la obra está más allá de la unidad puramente litúrgica y es epitafio perfecto un mensaje grandioso lanzado al futuro bajo la forma que Bach consideró más universal e imperecedera. En su lecho de muerte, y ya ciego, J.S. Bach dictó a su yerno su última obra y su despedida del mundo,” El coral ante tu trono me presento”.


En el año 2015, el manuscrito de la Misa en Si menor BWV 232, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, dictaminando que se trata de un “hito en la historia de la música”.

Está estructurada en cuatro en cuatro grandes sesiones, que fueron compuestas en tres periodos creativos distintos. La primera comprende  Kirie y Gloria (1733), la segunda, Symbolum Nicemum  o Credo (1747-1749), la tercera Santus  (1724), y la cuarta  Osanna, Benedictus, Agnus Dei, y Dona nobis pacem (1747-1749).

 Las cuatro sesiones contienen 24 números diferentes que debido a sus diversos orígenes, emplean distintos solistas, coros y dotación  instrumental.

La primera sesión está formada por el Kirie y el Gloria, que son el origen de la Misa en Si menor. Los manuscritos fueron entregados en 1733 por Bach al príncipe Federico Augusto II de Sajonia, con la esperanza de obtener un nombramiento de importancia en su corte. Aunque en sí mismos podrían formar la estructura de una misa luterana – Bach era oficialmente luterano y tal es la disposición formal que adopta en sus otras cuatro misas (catalogadas BWV 233 a 236)- muchas composiciones católicas comprendían sólo estas dos sesiones del ordinario. Así la de 1733 logra un envidiable compromiso entre las  dos liturgias sin comprometer la fe luterana de su autor.

La segunda sesión el Symbolum nicemun o Credo, en realidad una composición autónoma. Su manuscrito es independiente y tiene su propio título, lo cual podría indicar que Bach lo compuso con fines litúrgicos. Resulta portentosa la estructura en espejo, casi simétrica, de sus ocho números: Credo in unum Deo, Patrem omnipotente, Crucifixus, Et incarnatus est, Et resurrexit, Et in unum, Et in spiritum sanctum, Confiteor /Et exspecto.


La tercera sesión El Sanctus, compuesto en 1724, es como el Credo una de las partituras que Bach recopiló al final de su vida, para dar forma definitiva a la Misa en Si menor. Es una pieza compleja en sí misma, original e independiente. Y la única de la que podemos afirmar con seguridad que fue utilizada dentro de la liturgia luterana, (se estrenó en Navidad de 1724).

La cuarta sesión, Osanna in excelsis, Benedictus, Agnus Dei y Dona nobis pacem: coro a cuatro partes (con efectos doblados), tres trompetas, timbales, dos flautas, dos violines, viola y continúo.
 Dada la falta de unidad temática que caracteriza la Misa en Si menor, es de suponer que Bach trató de reforzar el armazón de la complejísima partitura con una última cita textual, a modo de recapitulación, de éste coro majestuoso, lleno de brillantez y resplandor (las sucesivas entradas de la primera trompeta son espectaculares). De manera inexplicable rodeada de un creciente torrente de fervor, la música sigue sonando en el corazón mucho después de que la aplastante cadencia que cierra la obra haya concluido.

Johann Sebastian BACH (1685-1750)
Misa en Si menor BWV 232




Karl RICHTER, fue uno de los más grandes intérpretes de Johann Sebastian BACH, organista, clavecinista, director de orquesta y director de coro alemán. Lástima que muriera tan joven, (56 años), de un ataque al corazón.

 Es impresionante como dirige la Misa en Si menor de Bach, batuta larga en la mano derecha, con movimiento de muñeca, marcando el compás, y codo, abrazando a los coros, agitando la batuta hacia la derecha e izquierda, bajándola en vertical a la altura del pecho, cogida con las dos manos, sin dejar de marcar, y con la mano izquierda, dar las entradas instrumentales y con los dedos los matices de la interpretación.
El realizador del vídeo lo recoge perfectamente.

HASTA PRONTO.-

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