sábado, 20 de febrero de 2016

EXTRAORODINARIO CONCIERTO DE LA ORQUESTA CIUDAD DE GRANADA.-





Cuando se dan una serie de elementos químicos, que combinándolos  producen una solución perfecta, es lo sucedido en la noche del viernes 19 de febrero en el Auditorio Manuel de Falla.

 La interpretación de dos obras geniales de dos compositores de la literatura tradicional musical clásica como  son Franz SCHUBERT y Johannes BRAHMS, considerados como genios,(valga la repetición), aderezándolas con una orquesta doctorada de profesionales de una altísima calidad, dirigidos por Joseph SWENSEN, (Véase su  trayectoria profesional en el programa de mano del concierto),violín y director, nombrado  Principal Director Invitado de la Orquesta Ciudad de Granada, dan como resultado el disfrute de todos los asistentes.

 Percibimos emocionalmente  una velocidad de ejecución justa aplomada, con sus silencios donde la textura musical  luce, percibiendo la tímbrica instrumental independiente en todos sus modos y tonos,  nos conducen a las bellas melodías temáticas con el  intercambio de células que se desarrollan construyendo el armazón coherente de la obra .En definitiva una buena ejecución.

Evento brillantísimo un lujo para nuestra ciudad, que se repite con frecuencia, viéndolo  los melómanos como normal pero que se tiene que valorar por la crítica  a nivel nacional, para orgullo y fama de nuestra orquesta.

HASTA PRONTO.-

viernes, 12 de febrero de 2016

CONCIERTO DE ABONO A7 ORQUESTA CIUDAD DE GRANADA VIERNES 19 FEBRERO 2016


Auditorio Manuel de Falla, 20:30 h

ABONO A7 (Ciclo sinfónico)

Johannes BRAHMS
Concierto para violín en Re mayor, op. 77


Franz SCHUBERT
Sinfonía núm. 5 en Si bemol mayor, D 485


JOSEPH SWENSEN violín y director

Joseph Swensen




Entre todas las obras mayores de Brahms, el Concierto para violín es la que muestra más acabadamente la reconciliación de las dos fases opuestas de su mente creadora: la lírica y la constructiva, Brahms el compositor de canciones y el sinfonista. Este concierto es "una canción para violín a escala sinfónica es uno de los más grandes conciertos para violín del siglo XIX.
  
Lo cierto es que el Concierto en Re mayor, si bien erizado de dificultades, se caracteriza por un notable sentido del balance entre solo y tutti. Brahms compuso la mayor parte de la partitura en 1878, durante el segundo de los tres veranos pasados en Portschach, aldea vecina a la frontera italiana, en las montañas de Carinthia, junto al lago de Wörther. El año anterior había escrito allí su Segunda Sinfonía, que comparte con el concierto la misma radiante fisonomía y la misma tonalidad y ese verano, dejó de lado el Segundo Concierto para piano para trabajar en el de violín.

Había planeado cuatro movimientos, tal como hizo con el Concierto en Si bemol, pero a sugerencia del gran violinista Joseph Joachim, su amigo a quien iba dedicado, descartó los dos centrales para sustituirlos por el actual Adagio, incluyendo el Scherzo primitivamente esbozado en el Segundo Concierto.

Finalizada la obra, puso la parte de violín en manos del famoso virtuoso, con el objeto de que ésta se ajustara a las posibilidades técnicas del instrumento, consulta que corrientemente hacen los compositores cuando ellos mismos no son ejecutantes. Con la mayor modestia, adjunto a la música la siguiente nota: "Por supuesto, es mi deseo que corrija la partitura sin miramientos por la calidad del conjunto y si no la encuentra aceptable al ejecutarla, me lo diga. Le agradeceré me indique los pasajes difíciles, embarazosos o imposibles de interpretar". Fue un raro gesto por parte del músico, índice de la confianza que le inspiraba el juicio del artista. El concierto fue estrenado el 1 de Enero de 1879 por Joachim como solista, con el compositor dirigiendo a la orquesta de la Gewandhaus de Leipzig.

El concierto está orquestado para violín solista, dos flautas, oboes, clarinetes y fagotes, 4 trompas, 2 trompetas, timbales y cuerdas.


Los movimientos son:

  1. Allegro non troppo (re mayor)
  2. Adagio (fa mayor)
  3. Allegro giocoso, ma non troppo vivace - Poco più presto (re mayor).


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Franz Schubert  acaba de componer su Sinfonía nº 5 en Si bemol mayor en octubre de 1816, -contaba a la sazón sólo 19 años-, y sin embargo la primera audición pública tendría lugar en Viena el 17 de octubre de 1841 bajo la dirección de Michaël Leitermeyer. ¡25 años más tarde!

Esta sinfonía, parca en su instrumentación orquestal, -el compositor omite las trompetas, los clarinetes y los timbales-, es una obra de un marcado caracter mozartiano en donde la riqueza melódica se encuadra en un tratamiento formal de reminiscencias clasicistas. 
 

La obra destila un carácter entrañable, íntimo y soñador reflejo del joven Franz que, a su temprana edad, ya demuestra el pleno dominio de la estructura de la sinfonía clásica y de las técnicas compositivas vienesas. La obra denota una clara influencia de Mozart, especialmente –según algunos musicólogos como Brigitte Massin– de la Sinfonía nº40.estructuralmente respeta el modelo clásico, aunque se separa de sus predecesores a través de líneas melódicas más libres, mayor número de alteraciones expresivas, y una concepción romántica de la orquesta más cercana al romanticismo.

 Sinfonía núm. 5 en Si bemol mayor, D 485
  1. Allegro, en si bemol mayor
  2. Andante con moto, en mi bemol mayor
  3. Menuetto. Allegro molto en sol menor   
  4. Allegro vivace en si bemol mayor



El primer movimiento, un “allegro” de forma puramente clásica, se caracteriza por la ausencia al inicio de los compases lentos que sirven como introducción, recurso que sí aparece en la mayoría de sus otras sinfonías. Schubert domina perfectamente el tratamiento de la forma sonata, y añade

su impronta a través del tratamiento instrumental que diferencia claramente las cuerdas y el viento madera, y a través de ideas temáticas optimistas y joviales, que fluyen con una sencillez y una transparencia que reflejan la clarividencia del genio. 

El segundo movimiento, “andante con moto”, Schubert desarrolla una sección central determinada por un gran número de modulaciones donde plasma su sello personal, al tiempo que evoca el más puro estilo mozartiano.

El tercer movimiento  el “minueto” Schubert vuelve a reflejar la influencia de Mozart, y contrasta de forma clara el carácter de cada una de las secciones. el inicio se caracteriza por su vigor y su entusiasmo. en el “trío”, le da protagonismo al fagot creando así una atmósfera pastoril. 

Finalmente, el allegro vivace” retorna al carácter jocoso y enérgico del comienzo, desarrollando un jugueteo vigoroso entre las diferentes familias instrumentales que nos lleva a una exultante conclusión; bohemio, soñador,  de carácter sociable y abierto, Schubert sorprende con la naturalidad y la sencillez de su música, cuya espontanidad a la hora de hacer la realidad      pone  de nanifiesto su inspiración y genialidad. 





Hasta Pronto.- 

viernes, 5 de febrero de 2016

OPINIÓN SUBJETIVA DEL CONCIERTO “LORCA Y LA MÚSICA” ORQUESTA CIUDAD DE GRANADA, AUDITORIO MANUEL DE FALLA VIERNES 5 FEBRERO 2016.-




La calificación del concierto  interpretado por la Orquesta Ciudad de Granada para conmemorar “Granada Ciudad de Literatura” galardón muy merecido, concedido por la Unesco, en el año 2014, y a la vez con la inspiración de sus músicos, es muy baja, las composiciones musicales, (con la excepción del finlandés  RAUTAVAARA), autor de la suite Lorca, son muy cuestionables con referencia a su calidad, lástima que la mal llamada contemporaneidad actual, (vanguardias),nos aporte bien poco para él futuro, quedando en el olvido posibles reediciones en salas de conciertos.

No hay nada que objetar en la interpretación de la O.C.G. como la de su coro, que es incuestionable, su altísima profesionalidad, adaptándose a toda clase de obras, como se dice “salvando los papeles.” 

Los bellos poemas fueron empañados por su mala recitación fuera de un profesional de la narración.

En definitiva una noche aburrida, con aplausos finales que impresionó al público, obligados por los incondicionales, influyendo en el estado de ánimo para aseverar a la salida, sin convicción, que les había gustado el concierto.

Hasta pronto.-