jueves, 31 de octubre de 2013

CONCIERTO ROMÁNTICO SINFÓNICO Nº 3 ORQUESTA CIUDAD DE GRANADA VIERNES 1 NOVIEMBRE 2013


Auditorio Manuel de Falla, 20.30 h

ABONO A (3)

Integral Sinfonías de Schumann (I)


Robert SCHUMANN
Sinfonía núm. 3 en Mi bemol mayor, op. 97, “Renana”


Robert SCHUMANN
Sinfonía núm. 4 en Re menor, op. 120


GIANCARLO ANDRETTA director

ROBERT SCHUMANN SINFONÍA Nº 3 RENANA

 


En el otoño de 1850 Robert Schumann fue nombrado Director Musical Municipal de la ciudad de Dusseldorf, en donde la naturaleza atractiva y amistosa de la ciudad renana le inspiró para escribir una nueva sinfonía: La llamada Sinfonía Renana  publicada ese mismo año con el nº 3 de las de su catalogo que, de hecho, fue su última composición sinfónica. La Sinfonía en re menor, publicada al año siguiente con nº 4, era la revisión de un trabajo previo del año 1841.


La tercera es la única de las sinfonías de Robert Schumann dividida en cinco movimientos en lugar de los acostumbrados cuatro. Realmente no era algo original pues ya Beethoven y Héctor Berlioz  habían incluido un movimiento adicional en sus sinfonías de carácter programático (La Pastoral de Beethoven y la Sinfonía Fantástica de Berlioz.)


Schumann no tenía para esta sinfonía un programa específico y no fue él quién la subtituló Renana. Únicamente se limitó a comentarle a su editor Fritz Simrock, cuando le envió el manuscrito, que la obra “quizás reflejase aquí y allá algunos aspectos de la vida renana”. Fue Simrock quién añadió el subtítulo de Renana a la obra en la confianza de que ello ayudase a su popularidad y por tanto a su venta.


La Sinfonía fue compuesta en tan sólo cinco semanas y su estreno tuvo lugar el 6 de febrero de 1851. La dirección de la orquesta corrió a cargo del propio Robert Schumann  y la composición fue acogida de manera entusiasta por los asistentes al evento. 


El Rin ha representado siempre en Alemania un icono para su mitología, su arte y su música. Robert Schumann había querido componer, desde sus tiempos de vecino de la ciudad de Dresden, una sinfonía basada en el río. Tal vez  algunas de aquellas  ideas de entonces se materializaron en el pentagrama respirando los aires de las riberas del Rin en Düsseldorf. 


Sea como fuere la tercera sinfonía es en muchos aspectos la mejor de todas. Dotada de una expresión romantica fresca y espontánea, rica en matices, como sólo tienen algunos de sus primeros trabajos orquestales y su Concierto para piano y orquesta en la menor Op. 54 de 1841.


Sus tres primeros movimientos y el finale, sin duda, presentan motivos de una sinfonía semi-programática. Así, el primer movimiento es una reflexión sobre la vigorosa vida a lo largo del curso del Rin; el segundo tiene la condición de una encantadora danza campesina (un scherzo con ritmo de Ländler);  el tercero, un delicado intermezzo,  sugiere un florido y bucólico paisaje, y el quinto representa un exuberante finale.


Sin embargo el cuarto movimiento confiere a la obra una nueva dimensión que contribuye de manera decisiva al carácter general de la sinfonía. Este movimiento bebe, en su concepción musical, de la indeleble impresión que Robert Schumann experimentó durante la ceremonia de elevación al cardenalato del Arzobispo  von Geissel en la Catedral de Colonia. Originalmente Robert Schumann indicó en el movimiento “Im Charakter der Begleitung einer feierlichen Ceremonie” (A la manera del acompañamiento de una ceremonia solemne). Pero en la partitura publicada por Fritz Simrock  el  encabezado del movimiento dice simplemente Feierlich, solemne. El solemne esplendor de la ocasión que nos es transmitido por los trombones, esos que aparecen aquí por primera vez en la sinfonía.


La salud mental de Robert Schumann se descompuso de una manera dramáticamente acelerada después de 1850. El compositor nunca más alcanzó esa felicidad relajada y atractiva, sin complicaciones, que de manera tan evidente, y en tal alto grado, alcanzó con esta preciosa Sinfonía Renana.

  1. Lebhaft (mi bemol mayor)
  2. Scherzo: Sehr mäßig (do mayor)
  3. Nicht schnell (la bemol mayor)
  4. Feierlich (mi bemol mayor)
  5. Lebhaft (mi bemol mayor)
  6.  




La cuarta sinfonía constituye la cúspide de la obra sinfónica de Schumann. Su carácter, de acusada melancolía aunque enérgico, está ya definido en la lenta introducción. El tema principal, semejante a un arabesco, es de un admirable atrevimiento, presentándose como una figura que se eleva, para descender a continuación, en una dinámica ondulante que domina todo el primer movimiento y del que dependen los numerosos motivos secundarios. La atmósfera exaltada de la conclusión, en modo Mayor, es interrumpida súbitamente por un acorde en Re Menor que da entrada a una melancólica romanza.
 El segundo movimiento, Romanze, también señalado como bastante lento se presenta en La menor. El solo de oboe y de violonchelo, en octavas, interpretan la triste música El solo de violín borda una ornamentación en la parte central (Re mayor)
 Un acorde en La mayor nos conduce al Scherzo, cuyo tema principal es en efecto una escala que se eleva y desciende El Trío en Si bemol, es concedido a los instrumentos de viento y es repetido como una especie de coda transición al final. El último se presenta en Re y está basado en una variación algo marcial del primer movimiento. Escuchamos después lo que parece ser un cantábile segundo tema, y luego el auténtico segundo tema La mayor. Un sforzando al unísono, en Sol natural, señala el desarrollo formal, y tras la introducción de otra figura musical nos conduce a la coda. Las últimas páginas del final se convierten en presto sin perder por ello lo más mínimo de dignidad o equilibrio.

  1. Andante con moto - Allegro di molto (re menor ? re mayor)
  2. Romanza: Andante (la menor)
  3. Scherzo: Presto (re menor)
  4. Largo - Finale: Allegro vivace (re mayor)


 Hasta pronto.-


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