sábado, 27 de septiembre de 2014

PERSONALIDAD Y ESTILO PROPIO DE LA ORQUESTA CIUDAD DE GRANADA



El sonido propio adquirido hace años de la Orquesta Ciudad de Granada, fue una realidad  en la interpretación de las obras del programa de anoche en el Auditorio Manuel de Falla en el primer concierto de temporada de abono, dirigidos magistralmente por el maestro alemán Sebastián TEWINKEL.

El comienzo no pudo ser más feliz con la obertura op.62 de Ludwing van BEETHOVEN Coriolano, con el impetuoso acorde inicial de toda la orquesta (toque de atención y orgullo),  apreciándose en él todos los timbres de los instrumentos, ¡ya suena a O.C.G.!, textura musical abierta, escuchándose cada instrumento individual y en millonésimas de segundo acordes que llevan a la melodía con suavidad y delicadeza al segundo tema del amor, éste conflicto en la figura trágica de Coriolano, contraste de los dos temas principales, repito,  orgullo y amor en el ser humano, valores muy importantes en la vida de nuestro compositor.

En la segunda obra siete  variaciones sobre un tema rococó 0p.33 de Piotr  TCHAIKOVSKY , un invitado de honor, muy joven, pero ya virtuoso del violonchelo con sonido aterciopelado y dulce, el alemán Maximilian  HORNUNG nos ofreció una interpretación lirica con notas sostenidas largas lentas en “PPP”, casi imperceptibles al oído, atenta la Orquesta a sus articulaciones y variaciones, con un acompañamiento perfectamente dirigidos en la administración de “tempos”.

En la segunda parte de éste concierto dedicado a Franz SCHUBERT, dos obras muy relacionadas entre ambas, pues fueron compuestas a la vez, la obertura en Re mayor “en estilo italiano” D.590 y la Sinfonía nº 6 en Do mayor, la identificamos como “Pequeña”, para distinguirla de la conocida la “Grande”, nº 9 también en D mayor.

La genialidad compositiva de Schubert en la obertura, de 8 minutos de duración, nos transportaba con pinceladas armónicas muy sutiles a la ópera italiana, que la O.C.G., se encargaba de resaltar, bajo la buena dirección de Sebastián TEWINKEL.

La obra final  Sinfonía nº 6, “La Pequeña”, poco interpretada, una joya melódica, en racha la O.C.G nos hizo vibrar con un equilibrio de sonido acústico entre una cuerda escasa y la plantilla clásica de maderas y metal, 2 oboes, 2 fagot, 2 flautas, 2 clarinetes 2 trompas, 2 trompetas y timbales, que fueron levantados al final  por el director y aplaudidos por el público.

La interpretación muy delicada y dulce, un lujo para nuestros oídos, que en ciudades con orquestas de gran nombre con  presupuesto muy alto y más plantilla no son capaces de conseguir.-

Hasta pronto.-

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