martes, 19 de enero de 2016

CONCIERTO DE ABONO A4 ORQUESTA CIUDAD DE GRANADA VIERNES 22 ENERO 2016


Auditorio Manuel de Falla


Ludwig van BEETHOVEN (1770-1827)
Egmont, obertura, op. 84


Robert SCHUMANN 1810-1856)
Concierto para violoncello y orquesta en La menor, op. 129


Franz SCHUBERT 1797-1828)
Sinfonía núm. 4 en Do menor, D. 417 “Trágica”


Pedro Peláez violoncello

PABLO GONZÁLEZ director

Pablo González


Cuando, en 1809, el Burgtheater de Viena pidió a Beethoven, un gran admirador de Goethe, para componer la música incidental para una reactivación de la obra, aceptó con entusiasmo. Recordó temas cercanos a sus preocupaciones políticas, ya expresados ​​en su ópera Leonore (Fidelio rebautizado, en la versión definitiva de 1814) y en su obertura Coriolano (en 1807). Además de la obertura de Egmont, escribió nueve piezas de música incidental, de gran calidad, pero un poco desconectado, que culminó con la muerte hermosa de su amor Clara.

Basada en hechos históricos, "Egmont" es una genuina tragedia con el mejor estilo de Goethe, el autor de "Fausto" y uno de los genios más completos que han enriquecido la cultura universal. El personaje central de esta obra, el conde de Egmont, es uno de los príncipes de Flandes (región donde hoy se encuentran Bélgica y Holanda), tan cortesano y popular a un tiempo, risueño y jovial, pintoresco y rico; pero guarda bajo su arrogante estampa un pensamiento grave -el de la libertad de su pueblo, oprimido por el rey de España-, y un amor serio -el de su ingenua Clara-, una burguesita modesta en cuyo hogar goza la enorme dicha de amar y ser amado por sí mismo, como el hombre joven y apuesto que es, no como un héroe de guerra. Aunque en el fondo no puede dejar de serlo, porque héroe y hombre están fundidos en él para siempre. Después todo, ¿cuál es el precio de la libertad?. ¿Y cuántos de nosotros estamos dispuestos a pagarlo?. Por su concepción y desarrollo, "Egmont" es considerada por muchos críticos como la obra teatral más perfecta de Goethe. Todo en esta tragedia es acertado y justo, todo conspira al desenlace dramático y se agrupa en torno a un episodio central claro y definido: la prisión del conde de Egmont en manos del Gran Duque de Alba. 
ARGUMENTO

Bruselas bajo la dominación española. Tras la abdicación de Carlos V en su hijo Fernando, Margarita de Parma, hermana del nuevo rey, es regente de los Países Bajos. Margarita pacientemente ha logrado pacificar el país. El conde de Egmont y Guillermo de Orange, nobles de los Países Bajos, aunque en ocasiones distantes, están satisfechos con la regente. Pero desde España, Fernando envía a Bruselas al Duque de Alba con un ejército para controlar más férreamente sus dominios y hacer ejecutar a Egmont y a Guillermo.
Guillermo escapa, pero Egmont cae en al trampa y es ejecutado.
Paralelo a lo anterior, se desarrolla el amor de Egmont y Clarita y los celos de Brackenburg. Cuando Clarita conoce la muerte que espera a Egmont, se suicida.
1.   Obertura   (Sólo es la que se interpretará).-
2.   Lied: "Die Trommel gerühret"
3.   Entreacto: Andante
4.   Entreacto: Larghetto
5.   Lied: "Freudvoll und Leidvoll"
6.   Entreacto: Allegro
7.   Entreacto: Poco sostenuto e risoluto
8.   Muerte de Clara
9.   Melodrama
10 Sinfonía de la victoria: Allegro con brio

 ENLACE Música y significado R.N.E. Clásica.
Si queréis  disfrutar de la Obertura  Egmont de Beethoven, después de una pequeña clase teórica  musical, Luis Ángel de Benito analiza dicha obra, con audición guiada.

http://www.rtve.es/alacarta/audios/musica-y-significado/musica-significado-beethoven-egmont-26-04-13/1791067/






Concierto violonchelo y orquesta Op.129

Non troppo veloce
Langsam
Molto vivace



La composición se articula en tres movimientos, ricos en ideas melódicas y donde se manifiesta la impronta inconfundible del genio de Schumann. Al igual que la cuarta sinfonía, se suceden sin solución de continuidad, es decir no hay separación entre ellos y el violonchelo resalta esencialmente sobre la tenue estructura orquestal. Tanto en el primero como el tercer movimiento el solista dialoga con la orquesta sin oposición y con acento casi camerístico; el movimiento central se caraceriza por una cálida línea melódica.

El Concierto para violonchelo de Schumann fue criticado por la aparente fragilidad de su orquestación y del desarrollo de la parte solista, idea que incluso persiste hasta hoy. Sin embargo, es innegable la influencia que tuvo sobre las obras posteriores para este instrumento, de autores como Saint-Saëns, Tchaikovsky, Lalo, Dvorak y Elgar, junto a las cuales ha gozado siempre de la preferencia de los intérpretes más famosos.
El oyente sensible puede percibir en esta música profundos sentimientos y emociones que nos comunica su autor y que están muy por encima de lo que pueden expresar las palabras, esto nos compensa con creces de una mayor, pero fría perfección técnica.



El Concierto para violonchelo op.129 de Robert Schumann es una de las obras maestras escritas hacia el final de su carrera durante ese breve interludio de reposo y felicidad que le brindó su residencia en la ciudad de Düsseldorf. El Concierto para violonchelo op.129, lo terminó en sólo dos semanas (aunque por alguna razón desconocida, nunca llegó a interpretarse en vida suya).

No es este un concierto en la forma de Beethoven o Brahms, sino que más bien puede equipararse a la concepción de los escritos por Chopin, en los que el instrumento solista desarrolla sus partes, actuando la orquesta en calidad de acompañante. De hecho, el concierto para piano escrito por Clara Schumann sigue este mismo patrón. Una de las razones de esta decisión fue, muy probablemente, el temor de que la sonoridad grave del violonchelo pudiera verse devorada literalmente por el tejido orquestal, por lo que Schumann preservó a las intervenciones solistas de esta confrontación. Por otro lado, concibió el concierto entero en un solo movimiento, dividido, eso sí, en tres partes muy diferenciadas, que se ejecutan sin interrupción para remarcar esa unidad (algo que sucede con el segundo concierto para piano de Liszt). Otro aspecto que llama la atención es el escrupuloso respeto a la forma que guarda aquí el autor, que algunos han tildado incluso de académica, y el relativo apaciguamiento del romántico desgarrado de la década anterior, que aquí se muestra más moderado y conciso
.


Tras los tres acordes iniciales, a través de los cuales el compositor establece la tonalidad de la menor, entra el desbordante tema principal del violonchelo solista, al que sucede un 'tutti' orquestal, después del cual el violonchelo introduce un segundo tema, en la

tonalidad de Do mayor.Cuando la orquesta procede a desarrollar este segundo tema, en una atmósfera de angustia puramente romántica, el solista repite la idea principal del primer tema, sin llegar a desarrollarla.

En este momento es cuando debería de tener lugar la 'cadenza' tras la formulación de los temas siguiendo la forma sonata, pero Schumann prescinde de ella, y de la coda que hubiera seguido a ésta, finalizando el movimiento con un pasaje introspectivo y de gran serenidad, que enlaza directamente con el adagio.




Este movimiento, cuya forma puede recordar a la de un lied, comienza con un pizzicato de la cuerda y entra el solista con un tema de gran intensidad, a la vez que sereno, que se va repitiendo a lo largo de una serie de variaciones. El oyente atento podrá distinguir en una de estas variaciones un recitativo tras el cual la cuerda alude al tema que abría el primer movimiento del concierto. La concentrada atmósfera de contemplación se ve interrumpida por el solista, que en un breve y enérgico pasaje parece querer desprenderse de la tristeza que lo embarga, incitando a la orquesta a rebelarse con él. Este movimiento, que suele rondar en torno a los cuatro minutos de duración, enlaza con el tercero y último con una decisión y una fuerza tales que muchos han visto aquí el influjo de Beethoven.

Schumann adopta nuevamente la forma sonata para este movimiento, cuya construcción se atiene a dicha estructura tan fielmente que diríase que en algún momento el compositor ha puesto cortapisas a su propia creatividad, lo que podría haber conferido cierta rigidez al resultado final, de no ser por la profunda inspiración que denotan los temas. El primer tema, muy impetuoso, se repite tras el segundo, pero exactamente igual que al principio del movimiento, sin ninguna variación. Sin embargo, durante su desarrollo se ve bruscamente interrumpido por la "cadenza" del solista, un pasaje muy brillante en el que grandes intérpretes como Pau Casals o Mstislav Rostropovich han dado siempre lo mejor de sí mismos. Tras este despliegue de las posibilidades del instrumento, la orquesta reaparece con una coda que pone punto final al concierto.




Franz Peter Schubert considerado introductor del Romanticismo musical  y la forma breve característica pero, a la vez, también continuador de la sonata clásica siguiendo el modelo de Ludwig van Beethoven.


La época de Schubert en su ciudad natal

Cuando Napoleón ocupó Viena en 1809, la ciudad sitiada entró en un período de privaciones considerable. Una vez que el conquistador fue expulsado en 1813, Viena comenzó a reconstruir su economía. Nadie tenía demasiada energía ni recursos para invertir en las artes en aquellos tiempos difíciles. Como consecuencia, ningún miembro de la aristocracia mantuvo ya orquestas. El único conjunto profesional de la ciudad era el Tonkünstlerverein, que tocaba sólo unos pocos conciertos, la mayoría consagrados a oratorios. Había pocas salidas para las sinfonías.

En parte para contrarrestar esta falta de producción musical profesional, se formaron varias orquestas de aficionados. El cuarteto de cuerdas familiar de Schubert, por ejemplo, se amplió hasta convertirse en una orquesta de cámara. El compositor era violista, sus dos hermanos violinistas y su padre, chelista. A este núcleo se agregaron amigos que tocaban diferentes instrumentos de vientos y de cuerdas. Como la orquesta ya no cabía cómodamente en la casa de Schubert, los miembros se reunían dos veces por semana en la casa de un comerciante local. Bajo la dirección del violinista Josef Prohaska, la orquesta tocaba sinfonías de Haydn, Mozart, Pleyel, Rosetti y otros. El grupo continuó creciendo y debió mudarse varias veces más a casas todavía más grandes. De 1815 en adelante ocasionalmente dieron conciertos públicos.
 
A Schubert le gustaba tocar en esta orquesta. Durante muchos años había sido miembro de su orquesta escolar e incluso ahora que se había graduado continuaba tocando con ese grupo de vez en cuando. Entre un conjunto y el otro recibió una completa influencia de la música sinfónica de la época. El mismo compuso varias obras orquestales entre 1813 y 1818, incluyendo las primeras seis sinfonías. Estas piezas eran ensayadas, sino verdaderamente tocadas, por una u otra de las dos orquestas de Schubert.

Cuando se desintegró la orquesta de aficionados, las sinfonías tempranas de Schubert casi se perdieron. Las transcripciones para piano que aparecieron en la década iniciada en 1860 no generaron suficiente entusiasmo como para garantizar que se hicieran presentaciones o publicaciones de las versiones orquestales. La actitud de finales del siglo XIX está tipificada por la reacción de Brahms a una invitación, en 1873, para dirigir un concierto compuesto exclusivamente por obras de Schubert. Brahms declinó la invitación diciendo que no había suficientes obras orquestales de Schubert adecuadas para llenar un concierto.

El interés en su música orquestal de los primeros tiempos se manifestó por último en Inglaterra, donde las primeras cinco sinfonías fueron estrenadas profesionalmente en los Crystal Palace Concerts entre 1873 y 1881. La Tercera Sinfonía fue la última de la serie que se escuchó. Su estreno en 1881 tuvo lu­gar 66 años después de haber sido compuesta. Sin embargo, incluso después de estas presentaciones en Londres, las sinfonías tempranas seguían sin ser tocadas con gran frecuencia. Sólo fue con la llegada de las grabaciones y de las transmisiones por radio del siglo XX y con la proliferación de las orquestas cuando se convirtieron en parte del repertorio sinfónico normal.
 

Franz Peter Schubert considerado introductor del Romanticismo musical  y la forma breve característica pero, a la vez, también continuador de la sonata clásica siguiendo el modelo de Ludwig van Beethoven.

F. Schubert - Symphony No. 4 "Tragic" in C minor, D. 417 (1816):
1.
Adagio molto - Allegro vivace
2. Andante in A flat major
3. Menuetto. Allegro vivace - Trio in E flat major
4. Allegro

La sinfonia Num. 4 "Trágica es un ejemplo maravilloso de un joven compositor, admirador del gran Beethoven, formado en el clasicismo de Haydn y Mozart,y aunque deudora en parte de la obra del mismo emerge por ella misma mostrando su enorme creatividad y poder melódico, su grandeza emocional y su libertad expresiva que te permite salirse de forma sutil de le extructura clásica habitual.

Fue iniciada a principios de Abrl y terminada el 27 de ese mismo mes del año 1816. Interpretada poco después por la orquesta de aficionados en la que Schubert tocaba la viola. Su primera presentación profesional fue dirigida A. F. Riccius en Lepzig, el 19 de Noviembre de 1849.

En general esta es una bella obra de un joven músico, un compositor que sin pretender llegar a profundizar, lo trágico del ser humano, explora rincones del mismo que simplemente expone desde su mentalidad, su edad y su increible alma poética y ensoñadora. Una maravilla, muestra de brillantez, vitalidad, profundidad,seriedad, alegría y belleza.



Hasta Pronto.-

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