sábado, 1 de febrero de 2020

CONCIERTO ABONO/A/6 ORQUESTA CIUDAD DE GRANADA RECORDAMOS EL 250 ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO LUDWIG VAN BEETHOVEN (1770-1827)VIERNES 31 ENERO 2020




Auditorio Manuel de Falla, 20:30 horas
Ludwig van BEETHOVEN
Concierto para piano y orquesta núm. 4 en Sol mayor, op. 58
Coriolano, obertura
Dimitri SHOSTAKOVICH
Sinfonía de cámara, op. 83a
STEVEN OSBORNE piano
JOSEPH BASTIAN director

UN AIVERSARIO LLENO DE HEROICIDAD


En el año 1806, el genio de Bonn en una frenética carrera compositiva escribiendo el Concierto para piano y orquesta num.4 en Sol mayor op..68, completó su Sinfonía núm. 4 en Si bemol mayor op.60, su Concierto para violín y orquesta en Re Mayor op.61 y los tres cuartetos Razumovsk, que integran el op.59, todas estas obras fueron estrenadas en el Teatro de Viena el 22 de diciembre del año 1808, en un maratoniano concierto que también incluía la Fantasía Coral en Do menor op.80 y la Quinta y Sexta sinfonías todas en una sola velada, bajo la dirección del propio Beethoven.

Fuente:La belleza de escuchar blog  de la música clásica
 Por la misma época en que el público vienés lo tenía en su más alta consideración como el compositor más prestigioso de la capital del Imperio, Ludwig van Beethoven se iba quedando irremediablemente sordo, cuando el siglo XIX aún no completaba su primera década. El año 1808 marca su última presentación en público como solista, dirigiendo desde el piano una improvisada orquesta para el estreno del Concierto N° 4 en sol mayor.

Las fuerzas napoleónicas habían invadido Viena en 1805 y lo harían nuevamente en 1809. Tal vez intuyéndolo, los vieneses disfrutaban de un intermezzo de relativa paz cuando se programó la maratónica sesión del 22 de diciembre de 1808 en el nuevo pero increíblementemente gélido Theater an der Wien, administrado por el empresario y ex libretista de Mozart, Emanuel Schikaneder.

 El mismo día estaba programado en el Burgtheater un concierto en ayuda de una Fundación de viudas de los músicos. Por ello Beethoven se las vio negras para lograr armar una orquesta que lo acompañara en un concierto en beneficio propio (amén el de Schikaneder y los músicos), cuyo programa sólo contemplaba obras de su autoría.

Una velada maratónica
Pero la velada se realizó y en ella Beethoven estrenó la Quinta Sexta sinfonías, la Fantasía Coral, la Misa en do mayor y el Concierto para piano N° 4. Como era habitual, el programa incluyó además una Escena Italiana para voz femenina. El público vienés, quizá consciente del paréntesis histórico, soportó con hidalguía el frío implacable durante las cuatro largas horas que duró la velada.

Concierto para piano y orquesta N° 4 en sol mayor
Compuesto en 1806-07, el concierto gozó de una función privada bastante anterior a su estreno público, en marzo de 1807, en casa del príncipe von Lobkowitz, uno de los amigos nobles de Beethoven. Está dedicado a su pupilo, también amigo y mecenas, el archiduque Rodolfo de Austria, a quien el compositor favoreció con numerosas dedicatorias, entre otras, las del Concierto Emperador, el Triple Concierto, y varias sonatas.

El olvido
Si bien la crítica lo consideró en su momento el concierto más admirable, personal y complejo que Beethoven había compuesto hasta entonces, la obra fue olvidada por largo tiempo hasta que un año antes de su muerte Felix Mendelssohn lo interpretó en su última visita a Londres, en 1846. Hoy, es una página ineludible del repertorio estándar de la literatura concertística para piano.



Fuente  hagaselamusica.com

Obertura de Coriolano de Ludvig van Beethoven

La Obertura de Coriolano fue compuesta en 1807. El estreno fue dirigido por Beethoven, en el palacio del príncipe Lobkowitz, en Viena, en marzo de 1807. Beethoven necesitaba componer una obertura para concierto. Había escrito solamente una, aparte de las oberturas pertenecientes a su ópera Fidelio. La Obertura de Prometeo era utilizada frecuentemente para abrir sus conciertos, y el compositor deseaba una pieza nueva para este fin.
 Encontró un tema apropiado en la tragedia Coriolano de su amigo Heinrich von Collin. La obra de Collin había sido estrenada en 1802, y había sido representada con frecuencia durante los tres años siguientes. El público la conocía bien. Se la revivió para una sola representación en abril de 1807, específicamente con el fin de reunir la música de Beethoven y la pieza teatral de Collin.

La Obertura no es, en verdad, programática. Beethoven raramente escribió música que siguiera una historia específica. La Sinfonía Pastoral es lo más cercano que llegó a la música instrumental descriptiva. Pero frecuentemente se inspiraba en el carácter de una persona en particular, especialmente si esa persona era un héroe. De este modo, la Sinfonía Heroica no es un retrato musical de Napoleón, sino más bien el resultado de la identificación del compositor con el carácter titánico del francés. De forma similar, la música de Egmont revela más acerca del compositor que del héroe de Goethe.

Beethoven conocía el legendario personaje Coriolano no solamente por el tratamiento que le había dado Collin, sino también por el relato de Plutarco sobre el general romano y por la obra de Shakespeare, Coriolano. El drama de Collin se refiere al general exiliado, que se une a los Volscos, enemigos tradicionales de Roma y marcha contra su propia gente. Los Volscos sitiaron Roma y los romanos, desesperados, enviaron una delegación a Coriolano, encabezada por su madre y su esposa. El orgullo y la determinación del general finalmente fueron vencidos por los ruegos de su madre. Cede y retira sus fuerzas, incurriendo así en la ira de los Volscos. Por último es llevado al suicidio.

Beethoven sentía afinidad por las cualidades de osadía, individualismo, orgullo y temeridad de Coriolano; conocía la soledad del individuo que no está dispuesto a ceder ante nadie; sin embargo, comprendía el poder de la persuasión femenina para minar todas esas nobles cualidades. La lucha entre el amor y el patriotismo debe haber tenido un significado muy especial para el compositor, que valoraba mucho ambas cualidades. Asimismo, Beethoven comprendía la alarma y la humillación de una ciudad sitiada y obligada a suplicar al enemigo: Viena acababa de caer ante los franceses.

El conflicto entre orgullo y amor en la figura trágica de Coriolano corresponde al contraste de los dos temas principales de la obertura, que es ora impetuosa, ora lírica. El espíritu impetuoso queda proclamado de inmediato, cuando las cuerdas tocan una nota única seguida por un breve acorde orquestal tuerte y un silencio dramático. Obsérvese cuan estridentemente disonante es el acorde breve cuando se repite este gesto, mientras las trompetas y los timbales reiteran obstinadamente sus notas del acorde anterior, a pesar del cambio de armonía. El final suave de la obertura significa la muerte del héroe.







SINFONIA DE CAMARA Op. 83a


 Es una trascripción del “Cuarteto de cuerda Nº 4 en re mayor” Op.83, realizada por Rudolf Barshai después de la muerte del compositor, incluyendo junto a la cuerda, un reducido grupo de maderas, metales y percusión. El cuarteto compuesto en 1949, era otra de las obras escritas por propia iniciativa de Shostakovich. Una realización libremente producida empleando su auténtico estilo. Pero como todas las de aquel período era para mantenerla oculta en el cajón.
Pertenece al conjunto de obras de inspiración judía, un tema que tanto le preocupaba al compositor, el exterminio decretado por los nazis y el propio antisemitismo ruso, comparable a la propia situación de muchos ciudadanos soviéticos.
El primer movimiento, allegro, empieza con un tema presentado por la cuerda con líneas melódicas de procedencia judía. Dos elementos contrastantes más líricos constituyen el segundo motivo temático. El primer tema se desarrolla brevemente. En la recapitulación vuelve el segundo tema con distinto ritmo que nos lleva a la coda.
El segundo movimiento, andantino, empieza en la forma de un romántico vals lento cantado por el clarinete. Luego sigue una sección de desarrollo, llegando el tema a su máxima expresión. El movimiento termina de modo tranquilo casi como en un murmullo.


 tercer movimiento, allegretto, empieza con un ostinato de la cuerda en sordina. La madera introduce el primer tema. Luego aparece un segundo tema también en la cuerda. Finalmente un tercer grupo temático más animado es presentado con el empleo del metal y la percusión. Los tres elementos son usados en la parte final a modo de recapitulación. El movimiento se une al siguiente sin pausa.
El último movimiento, allegretto, está escrito en forma sonata. Los dos temas empleados son de procedencia judía. El primer tema, de carácter pensativo con evidentes raíces hebreas, es presentado por el fagot. El segundo tema consiste en una típica danza judía con sus raíces orientales. Continúa con un brillante desarrollo en el que el tema de la danza llega a su máxima expresión con el empleo de la trompeta y el xilófono. Con el regreso del tema inicial, interpretado de modo solemne por la orquesta, empieza la recapitulación que nos llevará a una tranquila coda con una nota sostenida y dos acordes de los bajos.
Rudolf Barshai, alumno y amigo de Shostakovich realiza una brillante orquestación, especialmente del último movimiento, siguiendo un estilo muy próximo al del compositor que tan bien conocía.






Después de oir la Sinfonía de Cámara op.83, me quedo con el cuarteto de cuerda núm4 en Re mayor, obra inspiradora de la transcripción de Rudolf Barshal

 El Cuarteto Cuarteto de Cuerdas, Op 83 fue compuesto entre abril y diciembre de 1949, pero no se estrenó hasta cuatro años después. La respuesta inicial de Shostakovich al decreto de Zhdanov, en lo que respecta a su música de concierto público, fue el oratorio populista La canción de los bosques, Op 81, que se escribió en Komarovo en el Golfo de Finlandia en 1949. La composición del El Cuarto Cuarteto se superpuso con el del oratorio, y el primer tema popular de apertura del primer movimiento sugiere a Sibelius o Nielsen, como si estuviéramos en campo abierto a mediados del verano escandinavo..



HASTA PRONTO.-

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