jueves, 26 de enero de 2012

CONCIERTO SINFÓNICO 6



El próximo día 27 de Enero en el Auditorio Manuel de Falla la O.C.G. concierto de Temporada Sinfónico nº6, se interpretarán obras) de: MENDELSSOHN BARTHOLDY (1809-1847) Obertura Las Hébridas o La gruta de Fingal ya comentada anteriormente. La segunda obra Ferdinand DAVID (1810-1873) Concertino en Mi bemol mayor para trombón y orquesta op.4. La tercera obra Antonín DVORAK (1841-1904) Sinfonía nº 7 en Re menor op.70.

La música de Mendelssohn, cuando alcanza el equilibrio entre el sentimiento romántico y el afán del orden, es esplendorosa y se convierte en un temblor ordenado, perfección llena de vitalidad, grandeza sin énfasis, oficio convertido en inspiración.





La vida de Dvorak transcurrió de una forma tan serena como una de sus sinfonías. Hasta los treinta y dos años trabajó como violinista en la orquesta del Teatro Nacional de Praga, y luego cambió este empleo por uno menos exigente para poder dedicar más tiempo a la composición. Después la fama de su música se extendió rápidamente; ganó una serie de premios; fue contratado por el editor de Brahms, siguiendo las recomendaciones de éste, y muchos músicos de gran categoría, como el violinista Joachim y el director Richter, le pidieron que escribiera nuevas obras. Les fueron concedidos importantes títulos como el doctorado de Cambridge, y los cargos de director del Conservatorio Nacional de Música de Nueva York y del Conservatorio de Praga. Cuando murió, este hijo de carnicero de pueblo había alcanzado fama mundial llegando a la cima de su profesión.

En todo ello no hay nada extraordinario. Como la vida de Dvorak ha habido muchas, con pequeñas variaciones, en distintos oficios. Lo que otorga un sello especial es que a pesar de su ascendente progreso hacia la cumbre social y profesional, nunca perdió la frescura inocente de su infancia trascurrida en un pequeño pueblo, frescura que milagrosamente, reflejó una y otra vez en su música. Al igual que Schubert, tenía un talento especial para la melodía espontánea. Aunque rara vez utilizó melodías populares autenticas, su música está tan empapada de giros expresivos que la verdadera música popular bohemia, a todos los oídos acostumbrados a Dvorak, tiende a parecer falsa. Su admiración por Brahms y Wagner, y sus experiencias como músico de orquesta le ayudaran a disciplinar sus composiciones. Aunque sus obras están plagadas de melodías, la tendencia al exceso se halla controlada mediante una cuidadosa organización, un equilibrio entre compás y compás que parece incrementar, en vez de echar a perder, la frescura de sus temas.







 


El compositor Ferdinand DAVID (1810-1873) no conozco su obra, en próxima entrada, me informaré para poderla comentar.
Hasta pronto.

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