Hace poco he descubierto la
instrumentación que hizo Mozart con el número de su catalogo K 572, de la obra de Heandel
del Mesías, cambiando de época del Barroco al Clasicismo, con texturas y
timbres, muy interesantes.
La versión que propongo según mi opinión es una interpretación
magistral, tanto por las voces intervinientes
como por la acústica y grabación de la obra.
Donna Brown Soprano, Cornelia Kallisch
Mezzo-soprano , Roberto Sacca Tenor, Alastair Miles Bajo, con los
Cantores Bach- Collegium de Stuttgart
con la dirección musical de Helmuth
Rilling
Lo primero de interés que distingo es
saber que hay diferencias sustanciales entre la partitura de Händel y la de
Mozart. Y efectivamente las hay; sin entrar en excesivos detalles glosaremos
las más relevantes. Sorprende que el libreto está en alemán (en traducción de
Christoph D. Ebeling e incorporado a la partitura por el Barón Van Swieten).
Pero, pronto, me doy cuenta que no sólo el idioma es diferente -que ya de por
sí resulta una diferencia considerable- sino que Mozart sometió la obra a una
profunda instrumentación añadiendo trompas, flautas, clarinetes, fagotes,
trombones y timbales. Obviamente estos instrumentos aportan un mayor colorido
orquestal y un sonido más sinfónico (es verdad que muchos pasajes suenan al
último Mozart). La incorporación de vientos transforma algunos números como
ocurre con el famoso coro “Wie Schafen ge’n” (All we like sheep) que adquiere
en esta versión un aire más rústico y campestre que en el original. Quizás sea
éste uno de los contados momentos en que Mozart mejora a Händel.
Las diferencias no se quedan en la orquestación. Entre otros cambios Mozart traspuso arias, omitió algunos coros y arias, y eliminó la parte central del aria “Sie schallt, die Posaun’” (The trumpet shall sound), una de las más famosas. También asignó algunas arias a otras voces. Casos concretos de la reasignación de voces pueden ser, por ejemplo, el “Erwach’ su Liedern der Wonne” (Rejoice greatly) para tenor en lugar de soprano y el “Doch wer mag ertragen den Tag seiner Ankunft” (But who may abide the day of his coming) para bajo en lugar de alto.
También destacaremos el hecho de que
muchos de los coros, en la versión de Mozart, son cantados por el cuarteto
solista (una voz por parte) al que después se une el coro como en “Und ist zum
heil ein Kind geboren” (For unto us a Child is born) o en “Sein Joch ist sanft”
(His yoke is easy). Otro cambio importante es la combinación de trompa y
trompeta en “Sie schallt, die Posaun’” (The trumpet shall sound).
En resumen, cambios que llaman la atención
y que, por momentos, dan a la obra otro carácter aunque sin desviarse del
espíritu mayestático de la genial partitura de Handel. En ningún caso el
arreglo de Mozart podrá servir de sustituto al original handeliano pero es algo
más que una curiosidad pues sirve para escuchar la popular partitura en la
vestimenta de otro genio.
El año que viene en Navidad se podría
programar la versión de Mozart, y gustaría más al público. .
HASTA PRONTO. p
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