Auditorio Manuel de Falla, 20:30 h
viernes 18 marzo 2016
ABONO ES2 (Concierto extraordinario OCG25)
Gustav MAHLERSinfonía núm. 4 en Sol mayor
Joven Academia Instrumental de la OCG
(Taller orquestal OCG – Real Academia de Bellas Artes de Granada)
María Espada sopranoGIANCARLO ANDRETTA director
Semblanza a la figura del director
y compositor austriaco Gustav Mahler
(1860-1911).
Lo primero que
ambicionó Mahler fue ser compositor. Quería escribir obras de
gran tamaño autobiográficas e
intelectuales, el equivalente musical de los escritos filosóficos de Nietzsche,
pero no había público para ellas por eso se dedicó a la dirección, y a la edad
de veinticinco años era uno de los directores de ópera más importantes del momento. Durante el resto de su vida pasó
nueve meses cada año en el teatro de la
ópera o en la sala de conciertos,
limitándose a componer durante las
vacaciones de verano. Al igual que Wagner
pensaba que una producción operística tenía que ser una experiencia única y unificada, y que estuviera bajo el
control de una sola persona en la mayor
medida posible. Por ello, además de ensayar
la música se encargó de los
decorados, la iluminación y el movimiento de escena e incluso extendió su control a la contratación de los artistas, la venta
de entradas, el diseño de los carteles
anunciadores y la supervisión de
los encargados de la limpieza y el personal de bambalinas. Sus lustros como
director de la Ópera de la corte de Viena
son todavía hoy recordados era
mordaz con los cantantes o actores que se creían muy importantes y despedía sin piedad a todos los que no alcanzaban el
nivel que exigía.
Mahler nunca escribió una ópera propia. Como compositor, tuvo dos fuentes de
inspiración principales, una fue la ambiciosa y nietzscheana obra que había planeado desde la juventud, y
para ello eligió sinfonías en vez de
música de escena. (Decía que una sinfonía) “tiene que abarcar el mundo”. La
segunda fue la poesía popular alemana, con ritmos simples e imágenes directas y
angustiosas de amor y muerte. Al escribir sinfonías utilizó enormes orquestas, y a veces también
coros, compuso en formas “vanguardistas” con armonías derivadas Berlioz, Liszt
y Wagner. A menudo estas obras orquestales incluían temas melancólicos y
lacrimógenos a la manera de los cantos populares, otras veces eran poderosas
dramáticas y apasionadas compuestas para expresar toda la empresa heroica y las
meditaciones nostálgicas de la humanidad.
DOCUMENTAL SOBRE LA VIDA Y OBRA DE GUSTAV MAHLER.-
DOCUMENTAL SOBRE LA VIDA Y OBRA DE GUSTAV MAHLER.-
La sinfonía núm. 4 en Sol mayor, fue
compuesta en 1901, de fondo programático
concebido por el compositor, tiene una simplicidad y un encanto de felicidad,
está atravesada
por la dulzura e inocencia en correspondencia con el poema elegido para el
movimiento final, donde aparece una soprano: Das himmlische Leben (La vida
celestial). Empieza con cascabeles y termina con una canción infantil sobre
las maravillas del paraíso, un lugar donde San Pedro va a pescar y los santos
cantan y bailan mientras los ángeles hornean pan para una fiesta.
Esta sinfonía remata el grupo de sus cuatro primeras
a las cuales llamó su tetralogía, todas están dentro de una misma visión del
mundo y de la vida, es la más breve, de todas sus sinfonías anteriores y
posteriores y marca el comienzo del
siglo XX.
Está basada, como he dicho anteriormente, en el poema popular titulado “La vida
celestial, en el cual se nos promete un ciclo de buenos principios. El cuarto
movimiento es el corazón de toda la sinfonía, porque fue el que generó los
otros tres y va a suponer un cambio en la vida del compositor, pues se
convirtió al catolicismo, ya que se vivía una maraña de acontecimientos en la vida
de aquel momento y se empezaba a generar la semilla del antisemeticismo.
La orquestación De forma excepcional, con respecto
al resto de las obras orquestales de MAHLER la partitura no requiere la
participación de trombones y tuba, y el contingente de instrumentos de metal es
del tamaño habitual en la orquesta sinfónica del siglo XIX (cuatro trompas y
tres trompetas). Sin embargo, la obra tiene una importante participación de los
instrumentos de madera, y la sección de percusión está particularmente nutrida.
En cualquier caso, el tamaño de la orquesta es bastante más reducido que en las
tres sinfonías anteriores del autor:
Maderas 4 Flautas (3ª y 4ª doblan a Picolas 1 y 2)
3 Oboes (3º dobla a Corno Inglés) 3 Clarinetes (2º dobla a bemol 3º dobla
a Clarinete bajo) 3 Fagotes (3º dobla a Contrafagot)
Metales 4 Trompas en Fa
3 Trompetas en Fa y Si bemol
Cuerdas: Arpa,Violines IyII Violas,Violonchelos,contrabajos |
Percusión
Timbales
Bombo
Platillos Triangulo
Cascabeles
Cascabeles
Tam tan
Glockenspiel
Voces: Soprano
La vida celestial
Disfrutamos los placeres celestiales
La vida celestial
Disfrutamos los placeres celestiales
y evitamos los terrenales.
¡Ningún tumulto mundano
alcanza a oírse en el Cielo!
¡Todo vive en la paz más dulce!
¡Llevamos una vida angelical!
No obstante, somos muy alegres:
bailamos y brincamos,
¡brincamos y cantamos!
Entretanto, ¡San Pedro está en el Cielo!
San Juan ha permitido a su pequeño cordero
¡ir al encuentro del carnicero Herodes!
Conducimos a una víctima,
a una inocente víctima
¡al pequeño cordero a la muerte!
San Lucas sacrifica los bueyes
sin prestarles pensamiento o atención.
El vino no cuesta un penique
en la bodega del Cielo
y los ángeles, cuecen el pan.
Sabrosas verduras, de todo tipo,
¡crecen en el jardín de Cielo!
Suculentos espárragos, frijoles,
¡y cualquier cosa que deseemos!
¡Generosas fuentes están a nuestra disposición!
¡Jugosas manzanas, peras y uvas!
¡El Jardinero nos lo permite todo!
¿Te gustaría un ciervo, te gustaría una liebre?
Por las despejadas llanuras,
¡ellos caminan a tu lado!
Si algún día lo necesitaras,
¡todos los peces nadarían alegres junto a ti!
Allí, San Pedro camina,
con sus redes y cebo,
al estanque celestial.
¡Santa Marta debe ser la cocinera!
Ninguna música terrenal
puede compararse a la nuestra.
¡Once mil doncellas
se atreven a bailar!
¡Incluso la propia Santa Úrsula está riéndose!
Ninguna música terrenal
puede compararse a la nuestra.
Cecilia y todos sus parientes
¡forman un espléndido conjunto musical!
Las voces angélicas
despierten los sentidos
para que todo renazca con la alegría.
PRIMER MOVIMIENTO
El primer movimiento es un gran Allegro que tras un comienzo en si menor da paso a cuatro flautas que al unísono anuncian, en la mayor, el Paraíso. Es de destacar la presencia, en el último tercio de este movimiento, de una estridente llamada de las trompas anticipando lo que más tarde serán las primeras notas de la fanfarria con la que da comienzo la quinta sinfonía, notas que de modo reiterativo fueron utilizadas por Mahler como llamada de atención en varios momentos de sus sinfonías tales como en el inicio de la sexta o en el burleske de la novena entre otros.
El tema principal de este movimiento (interpretado por los violines tras una breve introducción a cargo de flautas, clarinetes y cascabeles) rezuma una estudiada simplicidad y una sutileza que en cierto modo marca la tónica de lo que será el resto de la sinfonía al permitir que la simplicidad consiga penetrar de tal modo que la inocencia y una genial simpleza impregnen la música en toda su extensión.
SEGUNDO MOVIMIENTO
El segundo movimiento es un scherzo grotesco que transmite un clima frontalmente opuesto a la sutileza del movimiento anterior y en el que un violín solo, afinado casi medio tono por encima de lo que sería normal, crea un ambiente de danza diabólica que, sin embargo, resulta más bonachona que luciferina.
Según explicó el propio Mahler, con este scherzo pretendía "evocar el sonido de un violín callejero interpretando una horrorosa danza de la muerte".
TERCER MOVIMIENTO
El tercer movimiento es un pacífico, y sin embargo punzante, adagio en el que confluyen una serie de variaciones alternas (una en sol mayor y las otras en sol menor) sobre dos temas que crean un inevitable conflicto que estalla cuando el movimiento parece apagarse y sin embargo surge una grandiosa visión del Paraíso cantada en mi mayor por el tutti orquestal durante los dos últimos minutos. Se trata de un cambio decisivo que se erige como el viraje psicológico de toda la sinfonía y posibilita que el tercer movimiento finalice sobre una dominante de sol que da paso al lied del movimiento siguiente.
CUARTO MOVIMIENTO
Construído como ya se ha dicho a partir del lied "La Vida Celestial", este movimiento mantiene la tonalidad de sol mayor con la que finaliza el adagio. Una voz de soprano canta las alegría del Paraíso (ya descritas en Das Knaben Wunderhorn) desde una perspectiva mas bien terrenal: se canta, se danza bajo la indulgente mirada de San Pedro, el vino corre a raudales, los ángeles amasan el pan y los platos mas exquisitos son preparados por santa Marta en un discurso que acaba instalándose en mi mayor desde el momento en que la soprano canta la música del cielo y hasta que la obra llega a su final (suavemente, desde las profundidades de la orquesta donde las cuerdas bajas y el arpa se expresan hasta que esta música de inocencia llega a extinguirse como si muriera) con la incertidumbre y la serenidad que Mahler siempre asoció a esta tonalidad.
- Bedächtig, nicht eilen (Prudente, no acelerado)
- In gemächlicher Bewegung, ohne Hast (Cómodamente impulsivo, sin prisa.)
- Ruhevoll, poco adagio (Tranquilo, poco adagio)
HASTA PRONTO.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario