miércoles, 9 de marzo de 2016

CONCIERTO EXTRAORDINARIO OCG25 ORQUESTA CIUDAD DE GRANADA VIERNES 18 MARZO 2016


Auditorio Manuel de Falla, 20:30 h
 viernes 18 marzo 2016

ABONO ES2 (Concierto extraordinario OCG25)

Gustav MAHLER
Sinfonía núm. 4 en Sol mayor


Joven Academia Instrumental de la OCG
(Taller orquestal OCG – Real Academia de Bellas Artes de Granada)

María Espada soprano

GIANCARLO ANDRETTA director


 Giancarlo Andretta



Semblanza a la figura del director y compositor austriaco  Gustav Mahler (1860-1911).

Lo primero que ambicionó  Mahler  fue ser compositor. Quería escribir obras de gran tamaño autobiográficas  e intelectuales, el equivalente musical de los escritos filosóficos de Nietzsche, pero no había público para ellas por eso se dedicó a la dirección, y a la edad de  veinticinco años  era uno de los directores  de ópera más importantes  del momento. Durante el resto de su vida pasó nueve meses cada año  en el teatro de la ópera  o en la sala de conciertos, limitándose  a componer durante las vacaciones de verano. Al igual que Wagner  pensaba que una producción operística tenía que ser una experiencia  única y unificada, y que estuviera bajo el control de una sola persona  en la mayor medida posible. Por ello, además de ensayar  la música  se encargó de los decorados, la iluminación y el movimiento de escena  e incluso extendió su control  a la contratación de los artistas, la venta de entradas, el diseño de los carteles  anunciadores  y la supervisión de los encargados de la limpieza y el personal de bambalinas. Sus lustros como director de la Ópera de la corte de Viena  son todavía hoy recordados  era mordaz con los cantantes  o actores  que se creían muy importantes y despedía  sin piedad a todos los que no alcanzaban el nivel que exigía.

 Mahler nunca escribió una ópera  propia. Como compositor, tuvo dos fuentes de inspiración principales, una fue la ambiciosa y nietzscheana  obra que había planeado desde la juventud, y para ello eligió sinfonías  en vez de música de escena. (Decía que una sinfonía) “tiene que abarcar el mundo”. La segunda fue la poesía popular alemana, con ritmos simples e imágenes directas y angustiosas de amor y muerte. Al escribir sinfonías  utilizó enormes orquestas, y a veces también coros, compuso en formas “vanguardistas” con armonías derivadas Berlioz, Liszt y Wagner. A menudo estas obras orquestales incluían temas melancólicos y lacrimógenos a la manera de los cantos populares, otras veces eran poderosas dramáticas y apasionadas compuestas para expresar toda la empresa heroica y las meditaciones nostálgicas de la humanidad.

DOCUMENTAL SOBRE LA VIDA Y OBRA DE GUSTAV  MAHLER.-


 

La sinfonía núm. 4 en Sol mayor, fue compuesta en 1901, de  fondo programático concebido por el compositor, tiene una simplicidad y un encanto de felicidad, está atravesada por la dulzura e inocencia en correspondencia con el poema elegido para el movimiento final, donde aparece una soprano: Das himmlische Leben (La vida celestial). Empieza con cascabeles y termina con una canción infantil sobre las maravillas del paraíso, un lugar donde San Pedro va a pescar y los santos cantan y bailan mientras los ángeles hornean pan para una fiesta.

Esta sinfonía remata el grupo de sus cuatro primeras a las cuales llamó su tetralogía, todas están dentro de una misma visión del mundo y de la vida, es la más breve, de todas sus sinfonías anteriores y posteriores  y marca el comienzo del siglo XX.

Está basada, como he dicho anteriormente,  en el poema popular titulado “La vida celestial, en el cual se nos promete un ciclo de buenos principios. El cuarto movimiento es el corazón de toda la sinfonía, porque fue el que generó los otros tres y va a suponer un cambio en la vida del compositor, pues se convirtió  al catolicismo, ya que se  vivía una maraña de acontecimientos en la vida de aquel momento y se empezaba a generar la semilla del antisemeticismo.

La orquestación De forma excepcional, con respecto al resto de las obras orquestales de MAHLER la partitura no requiere la participación de trombones y tuba, y el contingente de instrumentos de metal es del tamaño habitual en la orquesta sinfónica del siglo XIX (cuatro trompas y tres trompetas). Sin embargo, la obra tiene una importante participación de los instrumentos de madera, y la sección de percusión está particularmente nutrida. En cualquier caso, el tamaño de la orquesta es bastante más reducido que en las tres sinfonías anteriores del autor:


Maderas 4 Flautas (3ª y 4ª doblan a Picolas 1 y 2)
3 Oboes (3º dobla a Corno Inglés) 3 Clarinetes (2º dobla a bemol 3º dobla a Clarinete bajo) 3 Fagotes (3º dobla a Contrafagot)
Metales 4 Trompas en Fa
3 Trompetas en Fa y Si bemol
Cuerdas: Arpa,Violines IyII 
Violas,Violonchelos,contrabajos




Percusión Timbales
Bombo Platillos Triangulo
Cascabeles
Tam tan
Glockenspiel
            Voces: Soprano

 La vida celestial

 Disfrutamos los placeres celestiales
y evitamos los terrenales. 
¡Ningún tumulto mundano 
alcanza a oírse en el Cielo! 
¡Todo vive en la paz más dulce! 
¡Llevamos una vida angelical! 
No obstante, somos muy alegres: 
bailamos y brincamos, 
¡brincamos y cantamos! 
Entretanto, ¡San Pedro está en el Cielo!

San Juan ha permitido a su pequeño cordero 
¡ir al encuentro del carnicero Herodes!
Conducimos a una víctima, 
a una inocente víctima 
¡al pequeño cordero a la muerte! 
San Lucas sacrifica los bueyes 
sin prestarles pensamiento o atención. 
El vino no cuesta un penique 
en la bodega del Cielo
y los ángeles, cuecen el pan. 

Sabrosas verduras, de todo tipo,
¡crecen en el jardín de Cielo! 
Suculentos espárragos, frijoles, 
¡y cualquier cosa que deseemos! 
¡Generosas fuentes están a nuestra disposición!
¡Jugosas manzanas, peras y uvas! 
¡El Jardinero nos lo permite todo!
¿Te gustaría un ciervo, te gustaría una liebre? 
Por las despejadas llanuras, 
¡ellos caminan a tu lado! 
Si algún día lo necesitaras, 
¡todos los peces nadarían alegres junto a ti! 
Allí, San Pedro camina, 
con sus redes y cebo,
al estanque celestial. 
¡Santa Marta debe ser la cocinera! 

Ninguna música terrenal
puede compararse a la nuestra. 
¡Once mil doncellas 
se atreven a bailar! 
¡Incluso la propia Santa Úrsula está riéndose! 
Ninguna música terrenal
puede compararse a la nuestra. 
Cecilia y todos sus parientes 
¡forman un espléndido conjunto musical! 
Las voces angélicas 
despierten los sentidos 
para que todo renazca con la alegría. 


PRIMER MOVIMIENTO

El primer movimiento es un gran Allegro que tras un comienzo en si menor da paso a cuatro flautas que al unísono anuncian, en la mayor, el Paraíso. Es de destacar la presencia, en el último tercio de este movimiento, de una estridente llamada de las trompas anticipando lo que más tarde serán las primeras notas de la fanfarria con la que da comienzo la quinta sinfonía, notas que de modo reiterativo fueron utilizadas por Mahler como llamada de atención en varios momentos de sus sinfonías tales como en el inicio de la sexta o en el burleske de la novena entre otros.

El tema principal de este movimiento (interpretado por los violines tras una breve introducción a cargo de flautas, clarinetes y cascabeles) rezuma una estudiada simplicidad y una sutileza que en cierto modo marca la tónica de lo que será el resto de la sinfonía al permitir que la simplicidad consiga penetrar de tal modo que la inocencia y una genial simpleza impregnen la música en toda su extensión.
SEGUNDO MOVIMIENTO

El segundo movimiento es un scherzo grotesco que transmite un clima frontalmente opuesto a la sutileza del movimiento anterior y en el que un violín solo, afinado casi medio tono por encima de lo que sería normal, crea un ambiente de danza diabólica que, sin embargo, resulta más bonachona que luciferina.
Según explicó el propio Mahler, con este scherzo pretendía "evocar el sonido de un violín callejero interpretando una horrorosa danza de la muerte".
TERCER MOVIMIENTO

El tercer movimiento es un pacífico, y sin embargo punzante, adagio en el que confluyen una serie de variaciones alternas (una en sol mayor y las otras en sol menor) sobre dos temas que crean un inevitable conflicto que estalla cuando el movimiento parece apagarse y sin embargo surge una grandiosa visión del Paraíso cantada en mi mayor por el tutti orquestal durante los dos últimos minutos. Se trata de un cambio decisivo que se erige como el viraje psicológico de toda la sinfonía y posibilita que el tercer movimiento finalice sobre una dominante de sol que da paso al lied del movimiento siguiente.
CUARTO MOVIMIENTO

Construído como ya se ha dicho a partir del lied "La Vida Celestial", este movimiento mantiene la tonalidad de sol mayor con la que finaliza el adagio. Una voz de soprano canta las alegría del Paraíso (ya descritas en Das Knaben Wunderhorn) desde una perspectiva mas bien terrenal: se canta, se danza bajo la indulgente mirada de San Pedro, el vino corre a raudales, los ángeles amasan el pan y los platos mas exquisitos son preparados por santa Marta en un discurso que acaba instalándose en mi mayor desde el momento en que la soprano canta la música del cielo y hasta que la obra llega a su final (suavemente, desde las profundidades de la orquesta donde las cuerdas bajas y el arpa se expresan hasta que esta música de inocencia llega a extinguirse como si muriera) con la incertidumbre y la serenidad que Mahler siempre asoció a esta tonalidad.


  • Bedächtig, nicht eilen (Prudente, no acelerado)
  • In gemächlicher Bewegung, ohne Hast (Cómodamente impulsivo, sin prisa.)
  • Ruhevoll, poco adagio (Tranquilo, poco adagio)
      Sehr behaglich (Muy cómodo





HASTA PRONTO.-



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