viernes 23 marzo 2018
AUDITORIO MANUEL DE FALLA, 20:30 h
AUDITORIO MANUEL DE FALLA, 20:30 h
IDILIO, MUERTE Y TRANSFIGURACIÓN
Richard WAGNER
Idilio de Sigfrido
Idilio de Sigfrido
Richard STRAUSS
Vier letzte lieder (Las cuatro últimas canciones) para soprano y orquesta
Vier letzte lieder (Las cuatro últimas canciones) para soprano y orquesta
Richard STRAUSS
Tos und Verklärung (Muerte y transfiguración), op. 24
Tos und Verklärung (Muerte y transfiguración), op. 24
CRISTINA AVILÉS soprano
JOVEN ACADEMIA INSTRUMENTAL DE LA OCG
(Taller orquestal OCG – Real Academia BB AA de Granada)
GIANCARLO ANDRETTA director
JOVEN ACADEMIA INSTRUMENTAL DE LA OCG
(Taller orquestal OCG – Real Academia BB AA de Granada)
GIANCARLO ANDRETTA director
Richard Strauss, como ya sabemos empezó a componer con seis años, y su educación musical conservadora que recibió por su padre un famoso ejecutante de trompa y corno de la Ópera de Múnich, le llevó a componer sus primeras obras muy influido por Schumann y Brahms y no la música de programa avanzada de Wagner y Liszt, tuvo que marcharse de su casa, para vivir en libertad su propia vida, lo que significaba relaciones amorosas. Las aspiraciones románticas y fogosas emergieron, tanto en sus relaciones con las mujeres como con el nuevo tipo de música que empezó a componer, ésta tendencia hacia lo apasionado y su sensualidad, convergieron en su personalidad de triunfador, egocéntrico de ser superior, plasmado todas sus vivencias domesticas, literarias, amorosas, extravagantes, filosóficas, económicas, etc.….
En 1889 cuando tenía 20 años tuvo su primera gran oportunidad. De forma totalmente inesperada, el director Hans von Bülow (primer marido de Cosima Liszt), lo invitó a convertirse en subdirector de la Orquesta de Meiningen , aunque Strauss tenía poca experiencia en materia de dirección orquestal, y el puesto carecía de salario, lo aceptó de buen grado.
Una vez que Strauss se mudó a Meinengen, dejó de componer sonatas, cuartetos, conciertos y sinfonías. Dirigió su atención a las obras orquestales de programa. Las dos primeras, Aushallen y Macbeth, tuvieron tan sólo un éxito parcial, pero la siguiente, Don Juan, es una obra maestra. Strauss meditó cuidadosamente su nueva estética y se la explicó al director von Bülow, que no demostró particular simpatía, ya que él mismo se había movido en dirección opuesta, de la adulación a Wagner y Liszt pasó a seguir a Brahms.
Strauss le escribió al director:
La única forma posible de desarrollo autoafirmativo y progresista de la música instrumental es avanzar desde el Beethoven de las Oberturas de Coriolano, Egniont y Eleonora III, del de Les Adieux, desde el Beethoven tardío en general, la totalidad de cuyas obras en mi opinión no hubieran podido llegar a existir sin un modelo poético preexistente... Si se desea crear una obra de arte cuyo sentimiento y estructura sean de una sola pieza y que haya de producir una impresión vivida en el oyente, entonces el autor también debe tener previamente una imagen vivida de lo que quiere decir ante su ojo interior.
Esto sólo es posible como consecuencia de la fertilización por parte de una idea poética, esté incorporada a la obra como programa o no. En mi opinión, crear una nueva forma que se corresponda a cada nuevo modelo poético es un proceso puramente artístico; hacer que la forma sea bella, completa y perfecta en sí misma, por supuesto es muy difícil, pero eso la convierte en mucho más estimulante. Hacer música de acuerdo con reglas de forma como las establecidas por Hanslick [un crítico influyente que odiaba la música de Wagner pero reverenciaba la de Brahms] ya no es posible en ningún caso. De aquí en más ya no existirá la composición de frases hermosas pero carentes de objetivo, durante las cuales las mentes tanto del compositor como de los oyentes están totalmente en blanco, y no habrá más sinfonías.
Lo que tomó el lugar de la sinfonía fue el poema sinfónico, género inventado por Liszt unos 35 años antes. Los doce poemas sinfónicos de Liszt se basan en mitos, obras teatrales, cuadros, poemas o ideas. A medida que crecía el entusiasmo por la literatura durante la segunda mitad del siglo XIX, otros compositores experimentaron con la música literaria. Paradójicamente (puesto que sus obras sinfónicas son, en realidad, más sinfónicas que las de Liszt), Strauss cambió el nombre de la forma por el de "poema tonal".
Strauss le escribió al director:
Muerte y Transfiguración de Richard Strauss
Se me ocurrió la idea de representar en un poema sinfónico la muerte de una persona que había luchado en pos de los más altos ideales, por lo tanto muy posiblemente un artista. El enfermo yace en su cama dormido, respira pesada e irregularmente; sueños agradables ponen una sonrisa en sus rasgos a pesar de su sufrimiento; su sueño se hace más ligero; despierta; nuevamente es asaltado por un dolor terrible, sus miembros tiemblan de fiebre -cuando el ataque retrocede y se reduce el dolor, reflexiona acerca de su vida pasada, ante sus ojos pasan su infancia, su juventud con sus luchas, sus pasiones, y luego, mientras vuelve el dolor, aparece ante él el fruto de su paso, la idea, el Ideal que ha tratado de concretar, de representar en su arte, pero que no ha logrado perfeccionar porque no está en ningún ser humano la posibilidad de perfeccionarlo. Se acerca la hora de la muerte, el alma abandona el cuerpo, para encontrar perfeccionado en su forma más gloriosa, en el cosmos eterno, lo que no pudo cumplir aquí en la tierra.
La obra comienza con... el pulso esporádico y los latidos del corazón del enfermo sugeridos por una figura irregular tocada alternativamente por las cuerdas y los timbales. Los suspiros del hombre también están retratados gráficamente por las cuerdas, junto con un pequeño giro patético hacia arriba en las flautas. Luego cambia el color, y la figura que yace en el lecho asume una personalidad humana. Se presentan nuevos temas en la flauta y el oboe, después de lo cual la música del sufrimiento vuelve. Una modulación nos trae de vuelta colores más cálidos; el enfermo sigue sonriendo suavemente mientras recuerda escenas de su niñez...
De pronto el sufrimiento reaparece con violencia y se puede oír al enfermo retorcerse en su agonía. La música pinta vividamente sus luchas con el asalto feroz de su aflicción... Se produce un climax, en cuyo pico el tema principal del allegro es anunciado por tonos de grave resolución. Este desafiante gesto representa la decisión del inválido de resistir la amenazadora cercanía de la muerte... Con un esfuerzo sobrehumano el inválido reúne las fuerzas que le quedan y por primera vez se oye el tema más importante de la obra, el tema de la Ideología del artista...
[Prosigue] una serie de cuadros representa las diferentes fases de su vida a partir de la infancia, retratados por temas desde la sección introductoria de la obra. Se muestra la personalidad del hombre ya presente sin artificios en el niño mismo.
Un breve acceso de dolor y... [entonces] un cuadro del audaz joven en el que ahora se ha convertido, lleno de esperanzas y vigorosas aspiraciones. Este cuadro termina con un tremendo arrastre de los violines que sumerge la música en una escena amorosa furiosamente apasionada. Crece más y más hasta que el puro recuerdo le provoca al inválido las más terribles palpitaciones...
Se produce una breve pausa; luego suavemente y con vacilación el moribundo trata de evocar una vez más los recuerdos fervorosos, pero cada vez reaparecen los temidos golpes de martillo en su pecho... [Recuerda] el momento magnífico en que por primera vez se le aparecieron sus ideales en toda su gloria. Hay tres expresiones bastante espaciadas del tema de la Ideología a medida que se fortalece la visión del artista, hasta que en la tercera expresión se desborda hasta llegar a una frase posterior extática.
Pero el esfuerzo ha sido excesivo y todas estas visiones le agotan, dejando atrás nada más que la escena del inválido en su lecho... Las palpitaciones vuelven con renovada ferocidad, y deslizándose hacia arriba la música se desvanece cuando la muerte trae alivio al enfermo; el momento del deceso está marcado por la entrada del tamtam...
Poco a poco, de la oscuridad surge la figura inicial del tema de la Ideología en cada uno de los cuatro cornos, por turno... Se le une la melodía del oboe desde la introducción, ahora en las cuerdas en un peso cada vez mayor de sonido radiante, que indica que las cualidades que están en nosotros desde la infancia perduran hasta el Más Allá...
Las cuerdas se elevan aun más, hay una breve pausa, y por fin el tema de la Ideología queda proclamado en su totalidad, cuando el alma transfigurada realiza, en la vida más allá de la vida, los objetivos que nunca pueden lograrse durante la existencia terrenal.
Las Cuatro últimas Canciones", la última obra de Strauss y una de las partituras más bellas de la historia.
La obra comienza con... el pulso esporádico y los latidos del corazón del enfermo sugeridos por una figura irregular tocada alternativamente por las cuerdas y los timbales. Los suspiros del hombre también están retratados gráficamente por las cuerdas, junto con un pequeño giro patético hacia arriba en las flautas. Luego cambia el color, y la figura que yace en el lecho asume una personalidad humana. Se presentan nuevos temas en la flauta y el oboe, después de lo cual la música del sufrimiento vuelve. Una modulación nos trae de vuelta colores más cálidos; el enfermo sigue sonriendo suavemente mientras recuerda escenas de su niñez...
De pronto el sufrimiento reaparece con violencia y se puede oír al enfermo retorcerse en su agonía. La música pinta vividamente sus luchas con el asalto feroz de su aflicción... Se produce un climax, en cuyo pico el tema principal del allegro es anunciado por tonos de grave resolución. Este desafiante gesto representa la decisión del inválido de resistir la amenazadora cercanía de la muerte... Con un esfuerzo sobrehumano el inválido reúne las fuerzas que le quedan y por primera vez se oye el tema más importante de la obra, el tema de la Ideología del artista...
[Prosigue] una serie de cuadros representa las diferentes fases de su vida a partir de la infancia, retratados por temas desde la sección introductoria de la obra. Se muestra la personalidad del hombre ya presente sin artificios en el niño mismo.
Un breve acceso de dolor y... [entonces] un cuadro del audaz joven en el que ahora se ha convertido, lleno de esperanzas y vigorosas aspiraciones. Este cuadro termina con un tremendo arrastre de los violines que sumerge la música en una escena amorosa furiosamente apasionada. Crece más y más hasta que el puro recuerdo le provoca al inválido las más terribles palpitaciones...
Se produce una breve pausa; luego suavemente y con vacilación el moribundo trata de evocar una vez más los recuerdos fervorosos, pero cada vez reaparecen los temidos golpes de martillo en su pecho... [Recuerda] el momento magnífico en que por primera vez se le aparecieron sus ideales en toda su gloria. Hay tres expresiones bastante espaciadas del tema de la Ideología a medida que se fortalece la visión del artista, hasta que en la tercera expresión se desborda hasta llegar a una frase posterior extática.
Pero el esfuerzo ha sido excesivo y todas estas visiones le agotan, dejando atrás nada más que la escena del inválido en su lecho... Las palpitaciones vuelven con renovada ferocidad, y deslizándose hacia arriba la música se desvanece cuando la muerte trae alivio al enfermo; el momento del deceso está marcado por la entrada del tamtam...
Poco a poco, de la oscuridad surge la figura inicial del tema de la Ideología en cada uno de los cuatro cornos, por turno... Se le une la melodía del oboe desde la introducción, ahora en las cuerdas en un peso cada vez mayor de sonido radiante, que indica que las cualidades que están en nosotros desde la infancia perduran hasta el Más Allá...
Las cuerdas se elevan aun más, hay una breve pausa, y por fin el tema de la Ideología queda proclamado en su totalidad, cuando el alma transfigurada realiza, en la vida más allá de la vida, los objetivos que nunca pueden lograrse durante la existencia terrenal.
Cuando uno ve que se acaba su vida, cuando uno ve que sus días están llegando a su fin, cuando la oscuridad acecha y la eternidad llama a la puerta, la nostalgia todo lo inunda y la melancolía se filtra por todos los poros del cuerpo, si encima eres músico y te llamas Richard Strauss entonces puedes ser capaz de escribir una de las páginas más bellas músical y líricamente hablando de la historia de la música.
A los 84 años y sintiendo ya la cercanía de la muerte Richard Strauss descubrió un poema de Joseph von Eichendorff: “En el crepúsculo” con el cual se sintió muy identificado ya que versaba precisamente sobre la despedida de la vida y una postrera mirada al pasado y a la casi extinguida existencia junto a su mujer y compañera de viaje. El compositor escribió una pieza musical para soprano y orquesta sobre el poema donde alcanzó unas cotas de éxtasis sonoro inimaginable, al oírlo no cabe otra opción que ser absorbido por la belleza de la música y recibir serena y plácidamente la llegada de la eternidad. Si uno al morirse se muere así no debe importar mucho despedirse de este mundo.
A los pocos meses de escribir esta pieza musical Strauss leía poemas de su amigo y admirado Herman Hesse, uno de los escritores alemanes más grandes de todos los tiempos y autor de famosísimas novelas como “El lobo estepario” o “El juego de los abalorios”. De esas lecturas Strauss recogió tres poemas que hacían referencia a la naturaleza y al sueño infinito: “Primavera”, “Septiembre” y “Al irme a dormir”. Al igual que hizo con el poema de von Eichendorff, musicó también estas tres poesías y dejó el mejor testamento musical posible: cuatro canciones para soprano y orquesta con las cuales será recordado por los siglos de los siglos.
Strauss no pudo oír estas últimas composiciones suyas en concierto ya que murió a los pocos meses de finalizar su magnífica creación (8-septiembre-1949), es más, él no pensó que los tres poemas de Hesse acabarían con el paso del tiempo uniéndose al poema de Josep von Eichendorff y llamándose “Las cuatro últimas canciones”, como se puede deducir este nombre es simplemente el resultado de haber sido las últimas composiciones del genio alemán.
Si existe el más allá, la música que allí suene no puede diferir mucho de las cuatro piezas que Richard Strauss compuso entre la vida y la muerte.
Vier letzte lieder (LAS CUATRO ÚLTIMAS CANCIONESLas cuatro últimas para soprano y orquesta
FRÜHLING
(Hermann Hesse)
In dämmrigen Grüften
träumte ich lang
von deinen Bäumen und blauen Lüften,
von deinem Duft und Vogelsang.
Nun liegst du erschlossen
in Gleiss und Zier
von Licht übergossen
wie ein Wunder vor mir.
Du kennest mich wieder,
du lockest mich zart,
es zittert durch all meine Glieder
deine selige Gegenwart!.
| PRIMAVERA
En el fondo de las peñas crepusculares
he soñado largamente
con tus árboles y aire azul,
con tus aromas y con tus cantos de pájaros.
Ahora te has desplegado
en esplendores y aderezos,
desbordando de luz,
como un milagro ante mí.
Tú me reconoces,
tú me atraes tiernamente,
un escalofrío cruza todos mis miembros,
tu bienaventurada presencia.
|
SEPTEMBER
(Hermann Hesse)
Der Garten trauert,
kühl sinkt in die Blumen der Regen.
Der Sommer schauert
Still seinem Ende entgegen.
Golden tropft Blatt um Blatt
nieder vom hohen Akazienbaum.
Sommer lächelt erstaunt und matt
in den sterbenden Gartentraum.
Lange noch bei den Rosen
bleibt er stehen, sehnt sich nach Ruh.
Langsam tut er die (grossen)
müdgewordnen Augen zu.
| SEPTIEMBRE
El jardín está triste,
la fría lluvia pesa sobre las flores.
El verano tiembla
dulcemente hacia su fin.
Doradas, gota a gota, caen las hojas
de lo alto de la acacia.
El verano sonríe, sorprendido y cansado,
entre el sueño de los jardines que se mueren.
Largamente, entre las rosas
se detiene todavía, desea el reposo.
Lentamente cierra
sus ya cansados ojos.
|
BEIM SCHLAFENGEHEN
(Hermann Hesse)
Nun der Tag mich müd gemacht,
soll mein sehnliches Verlangen
freundlich die gestirnte Nacht
wie ein müdes Kind empfangen.
Hände, lasst von allem Tun,
Stirn vergiss du alles Denken,
alle meine Sinne nun
wollen sich in Schlummer senken.
Und die Seele unbewacht
will in freien Flügen schweben,
um im Zauberkreis der Nacht
tief und tausendfach zu leben.
| AL IR A DORMIR
Ahora que el día se ha fatigado,
que mi nostálgico deseo
sea acogido por la noche estrellada
como un niño cansado.
Manos, abandonad toda acción.
Mente, olvida todo pensamiento.
Ahora todos mis sentidos
quieren caer en el sueño.
Y el alma sin más guardián
quiere volar, liberadas sus alas,
en el círculo mágico de la noche,
para vivir profundamente mil veces.
|
IM ABENDROT
(Joseph von Eichendorff)
Wir sind durch Not und Freude
gegangen Hand in Hand,
vom Wandern ruhen wir (beide)
nun überm stillen Land.
Rings sich die Täler neigen,
es dunkelt schon die Luft,
Zwei Lerchen nur noch steigen
nachträumend in den Duft.
Tritt her und lass sie schwirren,
bald ist es Schlafenszeit,
dass wir uns nicht verirren
In dieser Einsamkeit.
O weiter, stiller Friede!
So tief im Abendrot,
wie sind wir wandermüde-
ist dies etwa der Tod?
| EL CREPÚSCULO
Con penas y alegrías,
mano a mano, hemos caminado.
Reposemos ahora de nuestros viajes,
en la tranquila campiña.
A nuestro alrededor se inclinan los valles,
ya la brisa se ensombrece.
Sólo dos alondras alzan todavía el vuelo
soñando de nuevo en el oloroso aire.
Acércate y déjalas trinar,
pronto será hora de dormir,
para que no podamos perdernos
en esta soledad.
Oh, inmensa y dulce paz,
tan profunda en la puesta de sol,
qué fatigados estamos por haber caminado.
¿Será esta, entonces, la muerte?
|
Richard WAGNER
Idilio de Sigfrido
*El “Idilio de Sigfrido” es un saludo de amor sinfónico para Cosima y su hijo. Con alusiones íntimas sobre los primeros encuentros con su joven Cosima en la naturaleza. El estreno fue en preparación secreta en la mañana del cumpleaños de Cosima, del día de Navidad de 1870, en su casa Tribschen. Cosima, esposa de Wagner, fue despertado muy tiernamente por los suaves sonidos del principio. El Idilio de Sigfrido es una obra que Wagner llamó una vez a su composición favorita.*
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