miércoles, 2 de mayo de 2018

CONCIERTO ABONO B4 BEETHOVEN SINFONÍAS ORQUESTA CIUDAD DE GRANADA VIERNES 4 MAYO SÁBADO 5 MAYO 2018


viernes 4 mayo 2018
Auditorio Manuel de Falla
BEETHOVEN SÍNFONIAS
Leonora III, obertura, en Do mayor, op. 72b
Ludwig van BEETHOVEN    
Abscheulicher! Wo eilst du hin? (aria Leonora)
Ludwig van BEETHOVEN       
Ah! Perfido
, aria de concierto, op. 65
Ludwig van BEETHOVEN
Sinfonía núm. 6 en Fa mayor, op. 68, “Pastoral”
BERNA PERLES soprano
GIANCARLO ANDRETTA director

Beethoven nunca mostró un interés particular por componer óperas. Sin embargo, Fidelio o el amor conyugal es una verdadera obra maestra que ocupa un lugar significativo dentro de la historia de la música como pieza de transición del clasicismo al romanticismo. En manos del genio de Bonn, el argumento —originalmente un drama escrito en 1798 por Jean-Nicolas Bouilly a partir de un hecho aparentemente real ocurrido durante la Revolución francesa y que ya había servido de inspiración para las óperas Léonore, ou l’amour conjugal de Pierre Gaveaux (1798), Leonora de Ferdinando Paër (1804) y L’amor coniugale de Simon Mayr (1805)— se convierte en una poderosa historia de sacrificio personal, heroísmo y, sobre todo, lucha por la libertad y la justicia.
Como sucedió con otras de las grandes obras de Beethoven, Fidelio pasó por varias revisiones y correcciones antes de encontrar su forma definitiva. En 1805, el compositor estrenó una primera versión, con libreto de Joseph Sonnleithner, en el Theater an der Wien. Sin embargo, Fidelio (que entonces todavía era Leonora) tuvo una fría acogida por parte del público. Beethoven preparó inmediatamente una nueva versión, para la que contó con la ayuda de Stephan von Breuning en la revisión del libreto. Este segundo Fidelio se estrenó en el mismo teatro en 1806, y tuvo un éxito moderado, pero un conflicto entre Beethoven y el director del recinto obligó al compositor a retirar su partitura. Finalmente, en 1814 decidió revisar a profundidad una vez más su ópera: suprimió pasajes, simplificó escenas, quitó uno de los tres actos y, con la ayuda de Georg Friedrich Treitschke en el libreto, dio una nueva dimensión dramática a los personajes. Esta versión definitiva se estrenó con gran éxito en el Kärntnertortheater de Viena el 23 de mayo de 1814, y es la que se ha seguido representando hasta nuestros días.
Es quizás uno de los personajes más emotivo, una heroína de la época. Leonora es la mujer de Florestán, un preso político que está encarcelado hasta el aislamiento. Es más, el gobernador de la prisión, Pizarro, pretende eliminarlo de la faz de la tierra. Leonora decide que su única opción pasa por entrar en el recinto del único modo posible:haciéndose pasar por un chico joven y ganarse la confianza de Rocco,carcelero.En lo más profundo de su ser, el sentimiento de Leonora es llegar hasta su marido. Es el momento de su aria conocida y que aqui tratamos.El consuelo es su objetivo.
El destino del preso político es la muerte. Rocco le informa a Fidelio(el nombre que Leonora adopta dentro de la cárcel) que le ha ido reduciendo la dosis de comida pero el desenlace final lo realizará el propio Pizarro. El menester en ese momento es cavar una tumba cerca del calabozo.Los lamentos de Florestán llegan al corazón de Leonora, mayor dolor es verlo camino de su fin, casi pedirlo. Cuando aparece Pizarro vemos el momento cumbre de la ópera: Fidelio se muestra lo que es ante Pizarro, Rocco y Florestán: ella es la mujer del preso, la que ha llegado a la prisión para salvarlo y para ello empuña un arma.

La llegada del ministro, desconocedor de lo que está sucediendo en la prisión, hace que el propio Pizarro tenga un doble pensamiento: o los mata a los dos(Leonora y Florestán) o tiene que salir de esa zona porque, en sí, no tiene opción de salir de la prisión sin encontrarse con el ministro. En ese momento, marido y mujer exaltan su amor y admiración por el gesto salvador. Rocco les indica que deben subir a la superficie para que se sepa la verdad.

Leonora III, obertura, en Do mayor, op. 72b


Fidelio Ópera completa subtitulada en español.-


Otra versión subtitulada en español.-




Abscheulicher! Wo eilst du hin? (aria Leonora)




Ramón Gener, gran divulgador musical, escritor y Licenciado en Humanidades, explica la Ópera FIDELIO.       ENLACE:

http://www.rtve.es/alacarta/videos/this-is-opera/this-is-opera-fidelio/3310574/


LEONORA   (aria de Leonora)
                                                                        
¡Oh, abobinable! ¿Adónde te diriges?                                                                       
¿Qué tramas, llevado por tu odio?
La compasión, la humanidad,
¿no ablandan tus entrañas de tigre?
Igual que las olas del mar,
se agitan en tu alma, la ira y la saña,
así se me aparece un arco iris
brillando sobre las oscuras nubes.
Tanta paz
me recuerda los viejos tiempos
y calma mi sangre axaltada.
¡Ven esperanza, no dejes
que desfallezca mi último anhelo!

¡Oh, ven! Ilumina mi meta que aunque
esté lejos, el amor la alcanzará.
Yo seguiré mis impulsos,
no desfalleceré,
¡el deber de esposa fiel
me guía!
¡Oh tú, por quien tanto he sufrido,
¡si alcanzara el lugar
donde la maldad te tiene encadenado,
y llevarte consuelo!
Yo seguiré mis impulsos,
no desfalleceré,
¡el deber de esposa fiel
me guía!

Ah! Perfido, aria de concierto, op. 65

Lleva el Opus 65 y su duración aproximada es de 15 minutos. Presenta tremendas dificultades de ejecución para la cantante designada, generalmente una soprano dramática o una mezzosoprano con fácil extensión en el agudo.
El tema es el abandono y la diatriba del personaje femenino hacia su amado que la ha traicionado, constando de tres secciones: recitativo, aria y cabaletta.
Fue dedicada a la condesa Josephine von Clary Clam-Gallas.

TEXTO: (en español)
Ah! pérfido, perjuro,
Traditor Barbaro, ¿te vas?
¿Y estas son tus últimas hojas?
¿Dónde se suponía una tiranía más cruel?
Vete, sinvergüenza! ve, incluso si huyes de mí,
La ira de los dioses no huirá.
Si hay justicia en el cielo, si hay misericordia,
¡Todos competirán para castigarte!
Seguidor de las sombras, presente, donde quiera que vaya,
Veré mi venganza,
Ya los disfruto imaginando.
Ya veo rayos relampagueando.
¡Ah, no! Para, vindici Dei!
Salva ese corazón, hiere el mío!
S'ei ya no es lo que era, soy lo que era,
Para él vivió, ¡quiero morir por él!
Por piedad, ¡no digas adiós!
De ustedes privados de lo que haré?
Tú lo sabes, mi hermoso ídolo!
Me preocupa que voy a morir.
¡Ah cruel! ¡Quieres que muera!
¿No tienes piedad de mí?
Por qué llegar a quienes te adoran
¿Tan misericordia bárbara?
Usted dice si está tan preocupado
¿No soy digno de compasión?




Considerado el último gran representante del clasicismo vienés (después de Gluck, Haydn y Mozart), Beethoven consiguió hacer trascender la música del romanticismo, influyendo en diversidad de obras musicales del siglo XIX.
La Sinfonía nº 6 en fa mayor, Opus 68 "Pastoral" fue acabada por Beethoven en 1808. Es una de las pocas obras de música programática de Beethoven y la subtituló "Recuerdos de la vida campestre".
Fue compuesta al mismo tiempo que la quinta sinfonía, y estrenada junto a ésta, por lo que fue recibida más fríamente por la crítica. A pesar de ello, la obra se ha convertido en una de las obras principales del repertorio sinfónico.
La sinfonía rompió con el molde clásico al tener cinco movimiento, en lugar de los cuatro típicos, Los movimientos son:
  • "Despertar de alegres sentimientos con la llegada al campo" : Allegro ma non troppo.
  • "Escena junto al arroyo": Andante molto mosso.
  • " Alegre reunión de campesinos": Allegro.
  • " Relámpagos. Tormenta": Allegro.
  • " Himno de los pastores. Alegría y sentimientos de agradecimiento después de la tormenta" Allegretto.

PRIMER MOVIMIENTO:

Una ingenuidad y sencillez de carácter rústico impregna todas las melodías y armonías de la música del primer movimiento. Las primeras fases diáfanas y ondulantes estalecen el ambiente y el humor de todo lo que sigue después. Los sonidos de la Naturaleza suelen repetirse, lo mismo hace Beethoven en este Movimiento y su música resulta tan alegre e inagotable como el canto de los pájaros. El paso a un segundo tema, técnicamente ortodoxo, se realiza de una manera completamente natural, dando más amplitud a los primeros sonidos y realzando este efecto con juguetonas sacudidas en la madera. El segundo tema avanza por la tónica y dominante. Una acumulación de frases repetidas en las tonalidades en sí bemol, re, sol, mi, la, re, sol menor y do, dan el esquema tonal del desarrollo y un vigoroso clímax conduce a la vuelta del tema del principio. En la recapitulación se introducen nuevos contratemas de gran belleza. La sencillez se combina con un sentimiento acogedor que va envolviéndonos con su inefable gracia. los tresillos de la coda nos llevan imperceptiblemente a la figura del principio, la cual se aleja flotando en el aire. Inesperadamente, seis acordes altos preceden un final que lentamente se sumerge en un profundo silencio.

SEGUNDO MOVIMIENTO:

Las fuerzas de la naturaleza están representadas en el vigoroso impulso del Andante, pues aquí Beethoven nos habla no solamente de la paz de la Naturaleza, de la quietud que se disfruta junto al arroyo y del eterno fluir del agua, sino también del poderoso y a la vez tranquilo crecimiento e incesante movimiento cósmico. Violoncelos con sordina cantan la eterna canción del arroyo, los pájaros gorjean en las ramas de los árboles y su coro se transforma en una melodía prolongada que se agita a lo lejos en el aire. Un nuevo tema en fa mayor indica el principio del desarrollo (el movimiento está en forma de sonata) y un clímax espléndidamente orquestado conduce a una vuelta a los primeros temas. Al final el ruiseñor (flauta), la codorniz (oboe) y el cuclillo (clarinete) cantan sus cadenzas y con esta suave coda la música va debilitándose hasta desaparecer tranquilamente
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TERCER MOVIMIENTO:

¿Se ha escrito alguna vez un scherzo más bucólico y humorístico que éste? Aquí están ciertamente los músicos de aldea que no acaban de dominar sus instrumentos (el fagote está desacompasado y el oboe por poco deja escapar la ocasión de intervenir) sin embargo, consiguen marchar juntos y la fiesta y el baile siguen imperturbables. Un cambio del compás ternario al binario señala la llegada de una pesada y ruidosa danza muy parecida en su ritmo y melodía a la música popular de las provincias renanas. Pero vuelve un ritmo más alegre y los danzantes están tan absortos en su diversión que no oyen el lejan rumor de la tempestad que se acerca.
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CUARTO MOVIMIENTO:

De pronto, descarga sobre ellos la tormenta con toda su furia y aquí la música tiene una violencia vívidamente descriptiva. Innumerables compositores, antes y después de Beethoven, han escrito música de tempestad y muchos han imitado el retumbar del trueno (cuerdas bajas, metal y timbales) y el chasquido del rayo (cuerdas altas y madera), pero no se conoce ninguno que haya empleado esos medios de una manera más lógica y apropiada que Beethoven. El ruido no es lo más importante, aunque tiene aquí cierta trascendencia. La fuerza de esa música violenta y tumultuosa, proviene de una serie de modulaciones, los cambios de una tonalidad a otra, aunque sean afines, no son cosa trillada y vulgar en la construcción reiterativa del clímax. La entrada de los trombones marca el momento culminante de la tempestad, la cual va cediendo hasta que sólo se oyen murmullos lejanos; entonces aparece una frase radiante en el oboe, de nuevo brilla el sol y una escala ascendente en la flauta conduce tranquilamente y sin solución de continuidad, al último movimiento.´

QUINTO MOVIMIENTO: 

Este es un canto de acción de gracias de los pastores. Las inflexiones del clarinete y la trompa irrumpen en el tema feliz de este movimiento rondó. Repetido tres veces, la útima en el registro más bajo de toda la orquesta, da orígen a una deliciosa transición, la cual a su vez nos vuelve a una versión embellecida del tema rondó. A cada reaparición, un inagotable acompañamiento contrapuntístico mantiene el constante desarrollo de la música, proporcionándole variedad y contraste con la mínima cantidad de material temático nuevo. El final es característico, una trompa con sordina recuerda las inflexiones con que empieza el movimiento y los sonidos tienden a desvanecerse. De repente, dos acordes altos irrumpen violentamente en sus tranquilas y nostálgicas meditaciones y en esta inesperada nota decisiva termina la Sinfonía.





HASTA PRONTO.-



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