viernes, 21 de febrero de 2020

CONCIERTO ABONO E2 ÓPERA ORQUESTA CIUDAD DE GRANADA ORFEO ED EURIDICE GLUCK VIERNES 21 FEBRERO 2020


Auditorio Manuel de Falla, 20:30 horas
ÓPERA

Christoph Willibald GLUCK
Orfeo ed Euridice
(Ópera en 3 actos con libreto de Raniero da Calzabigi)

CARLOS MENA (Orfeo) JONE MARTÍNEZ (Euridice) PILAR ALVA (Amore) CORO DE LA ORQUESTA CIUDAD DE GRANADA 
 director (HÉCTOR E. MÁRQUEZ)

Director   CARLOS MENA director


Orfeo y Eurídice es una ópera en tres actos del compositor alemán Christoph Willibald von Gluck (Erasbach, 1714 – Viena 1787), con libreto de Raniero de Calzabigi basada en el mito de Orfeo, y fue estrenada en el Teatro de la Corte de Viena el 5 de octubre de 1762.
Tiene una estructura sencilla basada sólo en tres personajes, ballet y coro, siendo la primera pieza de la reforma operística planeada por Gluck.
La reforma gluckiana afectó a la estructura de la obra: no hay recitativos “secos”, sino sólo acompañados por la orquesta. Las arias son sencillas y sin la estructura tripartita de la ópera seria (aria da capo) excepto la última, Che faro senza Euridice, universalmente alabada por su belleza. Pese a su intento de eliminar a los cantantes “de exhibición”, Gluck se vio obligado a utilizar al castrato del teatro imperial vienés para el papel principal.
Años más tarde, al presentar esta ópera en París, con libreto francés de Pierre-Louis Moline basado en el de Calzabigi, completó la reforma, cambiando el castrato protagonista por un tenor. Esta versión es más completa, porque Gluck redondeó la escena de los Campos Elíseos. El estreno de esta versión, tuvo lugar en París el 2 de agosto de 1774.

La Reforma de Gluck en la Ópera




“Orfeo ed Euridice” de Christoph Willibald Gluck

Argumento

La acción se desarrolla en la Grecia mitológica.
Acto I
Montículo de la costa helénica en el cual está emplazado un túmulo funerario. El afligido Orfeo llora con desconsuelo sobre la marmórea losa que cubre los restos mortales de su amada Eurídice, fallecida recientemente. Coreado por los amigos que le han acompañado hasta el fúnebre lugar, canta una conmovedora aria (Chiamo il mio ben). Orfeo está dispuesto a realizar cualquier sacrificio, por enorme que sea, a afrontar el más espantoso peligro, con tal de rescatar de su tumba a su hermosa prometida. Así lo ofrece a los dioses en un heroico recitado en el cual les invoca suplicante y les increpa al mismo tiempo, por lo crueles que con él han sido. Como respuesta a sus palabras, se le aparece el dios Amor, que acude a su conjuro.
Éste informa al desesperado mancebo que el omnipotente Zeus ha oído sus lamentos e imprecaciones y enternecido por su dolor le permite llegar hasta el mundo lejano e invisible de los dioses y las furias, en donde podrá luchar para recobrar a su amada. Primeramente deberá vencer la resistencia de Plutón y los espíritus malvados que le rodean, quienes tratarán de impedirle la entrada a la mágica región; para luchar con ellos no debe emplear otra arma que el encanto de su voz y la seducción de sus canciones. Otra advertencia importante es la de que, una vez encuentre a Eurídice, debe tener en cuenta que para efectuar felizmente su rescate no puede en ningún caso volver la vista atrás para contemplarla, hasta que hayan atravesado las aguas pestilentes de la laguna Estigia; de no hacerlo así, su prometida moriría irremisiblemente. Orfeo acoge con gran júbilo el mensaje de los dioses, dándoles las gracias por haber atendido su ruego e implorando su ayuda para la arriesgada empresa que va a iniciar.
Acto II
Cueva sombría que sirve de entrada al averno. Aparece Orfeo, el cual es amenazadoramente recibido por las Furias que habitan en la lobreguez del antro, condenadas a montar guardia eternamente. Ellas le insultan por su osadía de haber llegado hasta allí y tratado de penetrar en aquel infernal paraje cuyo paso está vedado a los mortales. Las amenazas son cada vez más inquietantes con repetidos gritos de ¡No!, el atemorizado Orfeo trata de calmarlas (Deh! placatevi), y recordando las palabras del dios Amor, recurre a su arma como cantante entonando una dulce canción en la que expresa su infinita pasión por Eurídice y la honda pena que le ha causado su muerte. Amansadas por el hechizo de la música y el son cristalino de la voz del cantante, las Furias se apiadan de sus pesares y finalmente ellos dejan paso a la nueva emoción que ahora sienten (Ah!, quale icognito affetto), y para que pueda encontrar a su amada, le permiten entrar en el terrible reino cuyo única puerta de acceso custodian. Se abren las puertas de los Campos Elíseos, valle paradisíaco, en donde los espíritus bienaventurados vagan libremente gozando por una eternidad de la paz y dicha que han merecido sus vidas ejemplares. Se escucha la Danza de los Espíritus Benditos, quienes, conducidos por uno de ellos, cantan su alegre existencia en este bello lugar (Questo asilo).
Aparece Orfeo, prosiguiendo su peregrinaje en busca de Eurídice. El coro de seres angelicales, le saludan dándole la bienvenida. Informados del deseo que le ha traído hasta allí, van en busca de su amada y se la presentan. Orfeo, al percibir la sombra adorada intenta abrazarla, loco de dicha, pero recordando la severa advertencia del dios Amor, se abstiene de ello y tomando a Eurídice de la mano se la lleva del grupo de espíritus, mirando en dirección opuesta y conduciéndola hacia los confines del valle en donde se encuentran la laguna Estigia y la salida del reino de las sombras, mientras los Espíritus Benditos los contemplan y animan a Eurídice a volver (Torna, o bella). Ella le sigue dócilmente, aunque muy extrañada de la inexplicable actitud de su amado, que en vez de demostrar su contento por el encuentro, la arrastra brutalmente sin prodigarle ni una sola mirada de afecto.
Acto III
Interior de un espeso bosque. Orfeo, que ha soltado por un instante la mano de su prometida, continúa avanzando en su camino sin detenerse y llamando a Eurídice para que le siga, pues sabe que las pantanosas aguas de la fatídica laguna no están lejos y no quiere perder tiempo en atravesarlas y alejarse de una vez de aquellos parajes de maldición. Mas la intrigada doncella, que continúa sin comprender el porqué de aquel extraño comportamiento, está celosa por lo que juzga desdén en la aparente indiferencia de su amado (Che fiero momento).
Deteniéndose de pronto, se niega a dar un paso más si éste no la mira y le jura que la quiere, pues es preferible regresar a donde estaba que retornar al mundo de los vivos sin poseer su cariño. Orfeo trata en vano de resistir a este amoroso llamamiento. Olvidando la prohibición de los dioses y no obedeciendo más que al impulso de su corazón de enamorado, se vuelve repentinamente y estrecha a Eurídice entre sus brazos. Inmediatamente la bella muchacha desfallece sin vida.



Hasta Pronto.

viernes, 14 de febrero de 2020

CONCIERTO ABONO A/7 ORQUESTA CIUDAD DE GRANADA VIERNES 14 FEBRERO 2020




Auditorio Manuel de Falla, 20:30 horas
Ralph VAUGHAN-WILLIAMS Fantasía sobre un tema de Thomas Tallis
Wolfgang Amadeus MOZART Sinfonía núm. 33 en Si bemol, KV 319
Ralph VAUGHAN-WILLIAMS The lark ascending
Wolfgang Amadeus MOZART Sinfonía núm. 38 en Re mayor, “Praga”, KV 504
CHRISTIAN SCHOLL violín
JOSEPH SWENSEN director
Ralph Vaughan Williams (1872-1958) fue un compositor británico de gran popularidad en su país, donde es considerado una gloria nacional. La divulgación de su obra en otros países ha llegado principalmente gracias a la industria discográfica.
Nació en 1872, era el hijo menor del pastor anglicano de Down Ampney, en Gloucestershire. Su padre, Arthur, murió repentinamente cuando Ralph apenas tenía dos años de edad, por lo que su madre, Margaret Wedgwood, volvió con sus hijos al hogar familiar de Leith Hill Place, en la región de Surrey. Margaret procedía de una familia acomodada, emparentada con los Darwin. Ralph estudió música e historia en la Universidad de Cambridge y posteriormente en Berlín con Max Bruch y en París con Maurice Ravel, lo cual dio a su orquestación lo que él definió como “un toque de lustre francés”.
Fue nombrado profesor en el Royal College of Music (RCM) en 1919 y recibió un año después el nombramiento como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Oxford, llegando a convertirse en el Director del Bach Choir y consiguiendo en los años veinte que su música fuese conocida en todo el continente europeo.
Contrajo matrimonio con Adeline Fisher en 1897. Pocos años después de la boda, a Adeline se le diagnosticó una artritis progresiva, que acabó confinándola en una silla de ruedas. Fallecida su primera esposa en 1951, se casó con su asistente personal, Ursula Wood, en 1953. Ambos llevaban manteniendo una relación sentimental desde 1938, cuando se conocieron, al parecer con el consentimiento de la propia Adeline.
Williams falleció en Londres en 1958 a los 85 años de edad, siendo enterrado en la Abadía de Westminster, cerca de la tumba del más famoso compositor inglés, Sir Henry Purcell.
Aunque sus primeros trabajos, como "Las avispas" (música incidental para teatro) o su primera sinfonía, la Sinfonía del Mar, basada en textos de Walt Whitman, pecan de cierto academicismo, ya contienen las bases armónicas y el germen de sus obras más famosas, así como su interés por la música tradicional de Inglaterra.
Su salto a la fama se produjo con la “Fantasía sobre un tema de Thomas Tallis”. En esta obra, compuesta para cuarteto y doble orquesta de cuerda, se realiza una especie de meditación sobre un tema de este compositor inglés del siglo XVI. El desarrollo de la pieza se conduce explorando las distintas posibilidades armónicas de la melodía original. El resultado es de una radiante sonoridad e inspiración. Esta pieza fue utilizada como banda sonora de las películas Remando al viento (Gonzalo Suárez, 1988) y Master and Commander (Peter Weir, 2003).
La música de Vaughan Williams suele describirse como "típicamente inglesa", del mismo género que las obras de Gustav Holst, Frederick Delius, George Butterworth, William Walton y otros. Según el escritor Peter Ackroyd: «si el ser típicamente inglés en música puede ser encerrado en palabras de alguna manera, estas podrían ser: ostensiblemente familiar y común, aunque profunda y mística al tiempo que lírica, melódica, melancólica y nostálgica, aunque eterna». Por su parte, el crítico inglés Fuller Maitland describió el estilo de Vaughan Williams como: «nunca se está muy seguro de estar escuchando algo muy antiguo o muy nuevo».
La música de Vaughan Williams expresa una profunda consideración y fascinación por las melodías populares, buscando sublimarlas y hacerlas etéreas. A partir de 1903, Vaughan Williams comenzó a recoger canciones populares inglesas, y llegó a recopilar más de 800. Esta actividad, iniciada con un mero espíritu etnográfico, consiguió imprimir un fuerte carácter al resto de su música (aunque más superficial, más como mera cita o paráfrasis que como integración profunda, como habían hecho otros compositores como Béla Bártok o Leos Janaceck). También es característico de su música las referencias hacia el paisaje y las personas que en él habitan.
Aunque Vaughan Williams se definía como agnóstico, tenía cierta inclinación por el misticismo al igual que su gran amigo Gustav Holst. Ésta es otra de las influencias musicales que le permitieron desarrollar un personal lenguaje (sobre todo armónico), que se refleja en todas sus obras aunque en mayor medida en su extensa producción vocal y coral, en la que cabe destacar su Misa en Sol menor o la cantata Dona Nobis Pacem.
La obra de Vaughan Williams y todos sus recursos estilísticos y técnicos culminan con sus nueve sinfonías, las cuales suponen su cima en lo que se refiere a inspiración melódica y armónica.

Thomas Tallis fue un compositor inglés de música sacra, uno de los más importantes del siglo XVI.
Poco es lo que se conoce de su vida: la primera referencia que se conserva de él lo sitúa en 1532 como organista de la abadía benedictina de Dover.
Desde 1543 fue organista de la capilla real, cargo que conservó bajo los reinados Enrique VIII, Eduardo VI, María Tudor e Isabel I.
Asociado al también compositor William Byrd, en 1575 logró un privilegio de la Corona según el cual se le concedió el monopolio de la impresión musical en Inglaterra.
Su producción incluye sobre todo música vocal destinada a los oficios divinos, tanto protestantes como católicos.




La Naturaleza ha sido una de las grandes fuentes de inspiración de los músicos, siendo los pájaros los seres vivos a los que más se ha recurrido para crear diferentes aunque siempre sublimes composiciones. La mayoría han descrito su canto, como Vivaldi en Las cuatro estaciones, Liszt en el Vals Mefisto, Messiaen en El despertar de los pájaros, Grieg en el Nocturno de sus Piezas líricas, o Coates en Bird Songs at Eventide. Otros han retratado sus costumbres, como Respighi en la suite Los pájaros, Sibelius en el tercer movimiento de su Quinta sinfonía, llamado Las Grullas y Saint-Saëns en El cisne, una belleza inserta en esa broma musical que tituló El Carnaval de los animales. ¿Fue el vuelo de una alondra lo que inspiró a Ralph Vaughan Williams para componer uno de los pasajes musicales mas cautivadores relacionados con las aves? Si y no. Veamos la historia.

Vaughan Williams escribió su romanza "La ascensión de la alondra" (The Lark Ascending)en 1914, inspirándose en el poema de mismo nombra de George Meredith (quien caló tan profundamente en la naturaleza), entre su segunda ("London") y su tercera ("Pastoral") sinfonías, aunque la revisó en 1920 y la dedicó a la violinista Marie Hall, que la estrenó en Londres en junio de 1921, dirigida por Adrian Boult. Esas olas y trinos que convertidos en notas, deja caer la alondra volandera sobre las pedregosas tierras, están a cargo del violín. Es una obra de caracter impresionista, Williams estudió con Ravel, si uno deja volar la imaginación, el violín nos eleva en el aire siguiendo los pasos de la alondra y la orquesta nos muestra un bello paisaje, tal vez una hermosa campiña inglesa. Una Traducción libre del poema podría ser:
"Alondra, veo tu alegría y quiero evocarte!
Tus alas te llevarán al seno de la aurora.
Solamente puedo verte, pero al descubrir tu canto
es como si el cielo me hablase.
Así eran los días cuando era niño;
dulces, mientras yo vivía en ellos;
queridos, ahora que se han ido.
A pesar de todo,
al ver tu vuelo,
sigo creyendo que el cielo me habla".






Wolfgang Amadeus MOZART Sinfonía núm. 33 en Si bemol, KV 319
 está fechada en Salzburg el 9 de julio de 1779. No usa los clarinetes debido a que la orquesta de Salzburg era más modesta y no disponía de ellos. Empieza con un fino allegro assai, seguido de un sereno andante moderato. El minuetto es alegre y radiante con su movimiento de danza. Parece que en su forma original esta sinfonía estaba construida en tres movimientos, siendo el minuetto añadido en Viena tres años mas tarde. Termina con un optimista allegro assai.





Wolfgang Amadeus MOZART Sinfonía núm. 38 en Re mayor, “Praga”, KV 504


Fue datada por el propio Mozart el 6 de diciembre de 1786. El sobrenombre lo recibió mas tarde al ser estrenada en Praga. Escrita en tres movimientos, al parecer según indicaciones masónicas sobre en número tres. Los tres movimientos están compuestos en forma de sonata, llegando a la perfección clásica de la sinfonía. Se inicia con una gran introducción lenta que recuerda el principio de la obertura del “Don Juan”, a la que sigue un allegro de ritmo agitado que también recuerda a la obertura de “La flauta mágica”. El segundo tema es mas melódico presentado por los primeros violines. El segundo movimiento es un andante de tono idílico, pero presentando motivos de tensión. El presto final tiene grandes contrastes dinámicos y ritmos enérgicos. En toda la sinfonía se puede comprobar la gran importancia que tienen los instrumentos de viento.
A finales de año Mozart recibe la invitación de viajar a Praga, donde se representarían “Las bodas de Fígaro”. El 9 de enero de 1787 parte hacia la capital de Bohemia junto a su mujer. Allí encuentra viejos conocidos como el compositor Franz Dussek que es su anfitrión. El 19 de enero estrena en Praga su “Sinfonía Nº 38”. El éxito de “Las bodas de Fígaro” es rotundo y por ello le encargan una nueva ópera. Será “Don Giovanni”.Vuelven a Viena y la salud de su padre empeora. Leopold Mozart muere el 28 de mayo de 1787, sin poder ver a su hijo. Aquel mismo año entre los alumnos de Mozart se encontraba el joven Beethoven, pero nunca llegaron a comprenderse. Además pronto regreso a Bonn y cuando volvió a Viena, Mozart había muerto.
En septiembre de 1787 los Mozart regresan de nuevo a Praga. Allí termino la composición del “Don Giovanni”, con tanta prisa que la víspera de su estreno todavía se encontraba componiendo su obertura. La ópera no tuvo el éxito conseguido con su anterior obra.

A su regreso a Viena las cosas no terminaban de ir demasiado bien para el compositor. Durante el verano de 1788 compuso sus tres últimas sinfonías, sus verdaderas obras maestras
HASTA PRONTO

sábado, 1 de febrero de 2020

CONCIERTO ABONO/A/6 ORQUESTA CIUDAD DE GRANADA RECORDAMOS EL 250 ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO LUDWIG VAN BEETHOVEN (1770-1827)VIERNES 31 ENERO 2020




Auditorio Manuel de Falla, 20:30 horas
Ludwig van BEETHOVEN
Concierto para piano y orquesta núm. 4 en Sol mayor, op. 58
Coriolano, obertura
Dimitri SHOSTAKOVICH
Sinfonía de cámara, op. 83a
STEVEN OSBORNE piano
JOSEPH BASTIAN director

UN AIVERSARIO LLENO DE HEROICIDAD


En el año 1806, el genio de Bonn en una frenética carrera compositiva escribiendo el Concierto para piano y orquesta num.4 en Sol mayor op..68, completó su Sinfonía núm. 4 en Si bemol mayor op.60, su Concierto para violín y orquesta en Re Mayor op.61 y los tres cuartetos Razumovsk, que integran el op.59, todas estas obras fueron estrenadas en el Teatro de Viena el 22 de diciembre del año 1808, en un maratoniano concierto que también incluía la Fantasía Coral en Do menor op.80 y la Quinta y Sexta sinfonías todas en una sola velada, bajo la dirección del propio Beethoven.

Fuente:La belleza de escuchar blog  de la música clásica
 Por la misma época en que el público vienés lo tenía en su más alta consideración como el compositor más prestigioso de la capital del Imperio, Ludwig van Beethoven se iba quedando irremediablemente sordo, cuando el siglo XIX aún no completaba su primera década. El año 1808 marca su última presentación en público como solista, dirigiendo desde el piano una improvisada orquesta para el estreno del Concierto N° 4 en sol mayor.

Las fuerzas napoleónicas habían invadido Viena en 1805 y lo harían nuevamente en 1809. Tal vez intuyéndolo, los vieneses disfrutaban de un intermezzo de relativa paz cuando se programó la maratónica sesión del 22 de diciembre de 1808 en el nuevo pero increíblementemente gélido Theater an der Wien, administrado por el empresario y ex libretista de Mozart, Emanuel Schikaneder.

 El mismo día estaba programado en el Burgtheater un concierto en ayuda de una Fundación de viudas de los músicos. Por ello Beethoven se las vio negras para lograr armar una orquesta que lo acompañara en un concierto en beneficio propio (amén el de Schikaneder y los músicos), cuyo programa sólo contemplaba obras de su autoría.

Una velada maratónica
Pero la velada se realizó y en ella Beethoven estrenó la Quinta Sexta sinfonías, la Fantasía Coral, la Misa en do mayor y el Concierto para piano N° 4. Como era habitual, el programa incluyó además una Escena Italiana para voz femenina. El público vienés, quizá consciente del paréntesis histórico, soportó con hidalguía el frío implacable durante las cuatro largas horas que duró la velada.

Concierto para piano y orquesta N° 4 en sol mayor
Compuesto en 1806-07, el concierto gozó de una función privada bastante anterior a su estreno público, en marzo de 1807, en casa del príncipe von Lobkowitz, uno de los amigos nobles de Beethoven. Está dedicado a su pupilo, también amigo y mecenas, el archiduque Rodolfo de Austria, a quien el compositor favoreció con numerosas dedicatorias, entre otras, las del Concierto Emperador, el Triple Concierto, y varias sonatas.

El olvido
Si bien la crítica lo consideró en su momento el concierto más admirable, personal y complejo que Beethoven había compuesto hasta entonces, la obra fue olvidada por largo tiempo hasta que un año antes de su muerte Felix Mendelssohn lo interpretó en su última visita a Londres, en 1846. Hoy, es una página ineludible del repertorio estándar de la literatura concertística para piano.



Fuente  hagaselamusica.com

Obertura de Coriolano de Ludvig van Beethoven

La Obertura de Coriolano fue compuesta en 1807. El estreno fue dirigido por Beethoven, en el palacio del príncipe Lobkowitz, en Viena, en marzo de 1807. Beethoven necesitaba componer una obertura para concierto. Había escrito solamente una, aparte de las oberturas pertenecientes a su ópera Fidelio. La Obertura de Prometeo era utilizada frecuentemente para abrir sus conciertos, y el compositor deseaba una pieza nueva para este fin.
 Encontró un tema apropiado en la tragedia Coriolano de su amigo Heinrich von Collin. La obra de Collin había sido estrenada en 1802, y había sido representada con frecuencia durante los tres años siguientes. El público la conocía bien. Se la revivió para una sola representación en abril de 1807, específicamente con el fin de reunir la música de Beethoven y la pieza teatral de Collin.

La Obertura no es, en verdad, programática. Beethoven raramente escribió música que siguiera una historia específica. La Sinfonía Pastoral es lo más cercano que llegó a la música instrumental descriptiva. Pero frecuentemente se inspiraba en el carácter de una persona en particular, especialmente si esa persona era un héroe. De este modo, la Sinfonía Heroica no es un retrato musical de Napoleón, sino más bien el resultado de la identificación del compositor con el carácter titánico del francés. De forma similar, la música de Egmont revela más acerca del compositor que del héroe de Goethe.

Beethoven conocía el legendario personaje Coriolano no solamente por el tratamiento que le había dado Collin, sino también por el relato de Plutarco sobre el general romano y por la obra de Shakespeare, Coriolano. El drama de Collin se refiere al general exiliado, que se une a los Volscos, enemigos tradicionales de Roma y marcha contra su propia gente. Los Volscos sitiaron Roma y los romanos, desesperados, enviaron una delegación a Coriolano, encabezada por su madre y su esposa. El orgullo y la determinación del general finalmente fueron vencidos por los ruegos de su madre. Cede y retira sus fuerzas, incurriendo así en la ira de los Volscos. Por último es llevado al suicidio.

Beethoven sentía afinidad por las cualidades de osadía, individualismo, orgullo y temeridad de Coriolano; conocía la soledad del individuo que no está dispuesto a ceder ante nadie; sin embargo, comprendía el poder de la persuasión femenina para minar todas esas nobles cualidades. La lucha entre el amor y el patriotismo debe haber tenido un significado muy especial para el compositor, que valoraba mucho ambas cualidades. Asimismo, Beethoven comprendía la alarma y la humillación de una ciudad sitiada y obligada a suplicar al enemigo: Viena acababa de caer ante los franceses.

El conflicto entre orgullo y amor en la figura trágica de Coriolano corresponde al contraste de los dos temas principales de la obertura, que es ora impetuosa, ora lírica. El espíritu impetuoso queda proclamado de inmediato, cuando las cuerdas tocan una nota única seguida por un breve acorde orquestal tuerte y un silencio dramático. Obsérvese cuan estridentemente disonante es el acorde breve cuando se repite este gesto, mientras las trompetas y los timbales reiteran obstinadamente sus notas del acorde anterior, a pesar del cambio de armonía. El final suave de la obertura significa la muerte del héroe.







SINFONIA DE CAMARA Op. 83a


 Es una trascripción del “Cuarteto de cuerda Nº 4 en re mayor” Op.83, realizada por Rudolf Barshai después de la muerte del compositor, incluyendo junto a la cuerda, un reducido grupo de maderas, metales y percusión. El cuarteto compuesto en 1949, era otra de las obras escritas por propia iniciativa de Shostakovich. Una realización libremente producida empleando su auténtico estilo. Pero como todas las de aquel período era para mantenerla oculta en el cajón.
Pertenece al conjunto de obras de inspiración judía, un tema que tanto le preocupaba al compositor, el exterminio decretado por los nazis y el propio antisemitismo ruso, comparable a la propia situación de muchos ciudadanos soviéticos.
El primer movimiento, allegro, empieza con un tema presentado por la cuerda con líneas melódicas de procedencia judía. Dos elementos contrastantes más líricos constituyen el segundo motivo temático. El primer tema se desarrolla brevemente. En la recapitulación vuelve el segundo tema con distinto ritmo que nos lleva a la coda.
El segundo movimiento, andantino, empieza en la forma de un romántico vals lento cantado por el clarinete. Luego sigue una sección de desarrollo, llegando el tema a su máxima expresión. El movimiento termina de modo tranquilo casi como en un murmullo.


 tercer movimiento, allegretto, empieza con un ostinato de la cuerda en sordina. La madera introduce el primer tema. Luego aparece un segundo tema también en la cuerda. Finalmente un tercer grupo temático más animado es presentado con el empleo del metal y la percusión. Los tres elementos son usados en la parte final a modo de recapitulación. El movimiento se une al siguiente sin pausa.
El último movimiento, allegretto, está escrito en forma sonata. Los dos temas empleados son de procedencia judía. El primer tema, de carácter pensativo con evidentes raíces hebreas, es presentado por el fagot. El segundo tema consiste en una típica danza judía con sus raíces orientales. Continúa con un brillante desarrollo en el que el tema de la danza llega a su máxima expresión con el empleo de la trompeta y el xilófono. Con el regreso del tema inicial, interpretado de modo solemne por la orquesta, empieza la recapitulación que nos llevará a una tranquila coda con una nota sostenida y dos acordes de los bajos.
Rudolf Barshai, alumno y amigo de Shostakovich realiza una brillante orquestación, especialmente del último movimiento, siguiendo un estilo muy próximo al del compositor que tan bien conocía.






Después de oir la Sinfonía de Cámara op.83, me quedo con el cuarteto de cuerda núm4 en Re mayor, obra inspiradora de la transcripción de Rudolf Barshal

 El Cuarteto Cuarteto de Cuerdas, Op 83 fue compuesto entre abril y diciembre de 1949, pero no se estrenó hasta cuatro años después. La respuesta inicial de Shostakovich al decreto de Zhdanov, en lo que respecta a su música de concierto público, fue el oratorio populista La canción de los bosques, Op 81, que se escribió en Komarovo en el Golfo de Finlandia en 1949. La composición del El Cuarto Cuarteto se superpuso con el del oratorio, y el primer tema popular de apertura del primer movimiento sugiere a Sibelius o Nielsen, como si estuviéramos en campo abierto a mediados del verano escandinavo..



HASTA PRONTO.-