sábado, 9 de noviembre de 2013

DESAFORTUNADA INTERPRETACIÓN.-




La programación del concierto de anoche en el Auditorio Manuel de Falla de las tres obras  bellísimas, geniales composiciones, Idilio de Sigfrido pequeño poema musical de Richard Wagner, Concierto para piano y orquesta núm.2 en Fa menor de Frédéric  Chopin , y  la Sinfonía  núm. 41 en Do mayor “Júpiter”, fueron masacradas en él sentido interpretativo, por el director de turno Joseph SWENSEN, que tiene que tener claro lo que quiere conseguir en su pensamiento de cómo concibe la obras y después transmitirlo a la orquesta que va a dirigir.

  Existe un sentimiento que  debe ser inculcado  en los ensayos previos,  el resultado final  que se quiere conseguir, en base a la forma musical, estructura y género, “LA EXPRESIÓN “que no brilló por su  ausencia. 

Tampoco se tuvo  en cuenta la administración de  tempos, color  textura, y lo que es peor desajuste  total entre las distintas familias, las cuerdas eran tapadas por falta de potencia por los tutti de las maderas, metales y percusión en los diálogos establecidos por la composición.

En cuanto al pianista solista inglés polaco  Mateusz  BOROWiAK, muy joven,  su actuación no fue brillante pero digna, nada pudo hacer ante el desastre de la velada.

Las comparaciones son odiosas, pero si se visiona las versiones que he colgado de YouTube de las tres obras de duración más extensa en tiempo, (por esa dichosa velocidad de ejecución), podrán apreciar expresión, en las dos obras románticas, tanto en el poema musical amoroso a su esposa Cosina  de Wagner, como la belleza del piano de Chopin en su concierto núm. 2, o la sinfonía clásica  de Mozart, el contrapunto tan hermoso, la sordinas de las cuerdas, con que maestría maneja una célula pequeña para montar el desarrollo de los motivos temáticos. 
 
Hasta pronto.-

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